¿Y si te dijéramos que más allá del Tower Bridge y el Big Ben hay un mundo londinense repleto de
hallazgos imperdibles? Si Londres es una de tus ciudades favoritas, seguramente ya conozcas sus clásicos y quieras volver por más.
Acá te compartimos los mejores descubrimientos
con sello british, pero cada uno con un giro diferente y muy original para que sigas fascinándote con la capital de Inglaterra y vivas una experiencia local con planes desde el desayuno hasta la madrugada.
Neal’s Yard: es uno de los secretos mejor guardados de la zona y que va a fascinarte apenas pises sus callecitas peatonales entre sus fachadas de colores. No dejes de pasar por
The Wild Food Cafe para probar la torta vegana de chocolate, una delicia inolvidable.
Apple Market: está abierto todos los días de 10 a 18 y es un megamercado callejero para explorar de punta a punta y descubrir hallazgos, desde joyas hasta cámaras antiguas.
Royal Opera House: es una de las mejores casas de ópera del mundo (también podés ver clásicos del ballet como El lago de los cisnes). ¿Lo mejor? Después del espectáculo, podés contratar un
behind the scenes tour para conocer el detrás de escena. ¡Súper recomendado!
Benjamin Pollock’s Toy Shop: es una juguetería especializada en juguetes inspirados en el teatro y en obras musicales. Es un ícono vintage desde 1856.
Este barrio emergente vibra a fuerza de su pulso artístico y su creatividad. Hoy, lo más cool de Londres pasa por acá. ¿Qué no podés dejar de hacer?
Probar la comida callejera: los domingos hay un megamercado en Brick Lane en donde podés probar diferentes sabores del mundo. Otro de los favoritos es el Pump Street Food Market, ubicado en una antigua gasolinera.
Ver una peli en Pillow Cinema: es una terraza súper
cozy, con almohadones XL, pochoclos y unas copas de vino en un ambiente cool pero relajado. Funciona solo las noches de verano y podés reservar tu entrada online.
Desayunar en The Breakfast Club: no dejes de probar los huevos rancheros y los pancakes con frutos rojos. ¡Energía asegurada!
Visitar Boxpark: un pop-up shopping genial hecho con ¡containers! Cada uno de ellos es un local diferente con comida y marcas de moda y diseño.
Ver arte en The White Cube: es un antiguo edificio industrial convertido en un espacio de diseño con muestras de arte contemporáneo y un ambiente siempre joven y diferente del resto de las galerías londinenses.
Comprar ropa vintage: en Brick Lane, This Shop Rocks es el sueño de todas las fanáticas de la ropa retro. FB:
This Shop Rocks.
La Bodega Negra: si pasás por el Soho, no dejes de entrar a este bar under con un estilo mexicano muy particular, entre carteles con luces de neón y una barra con mucho, pero mucho tequila. Es el preferido por varias celebrities locales y seguro va a ser tu favorito también.
Aesop: un multiespacio dedicado al cuidado de la piel y el pelo con productos exclusivos que no vas a encontrar en ningún otro lugar del mundo. Es ideal para un beauty break en manos de especialistas muy grosos que van a guiarte y recomendarte lo mejor para que salgas hecha una diosa.
Ain’t Nothing But Blues: si sos fana del jazz, no podés perdértelo. En su página web vas a encontrar el calendario con las próximas funciones de música en vivo. Los lunes y domingos hay jam sessions.
Sketch: una casa de té del siglo XVII, pero ¡no es lo que parece! Cada noche se transforma en uno de los espacios más intrigantes de Londres para tomar unas copas. El dress code de la casa exige un look “con estilo y carácter”. ¿Dónde? 9 Conduit Street.
Berners Tavern: una joya gastronómica en donde la burrata y las espinacas a la crema se llevan todos los aplausos (¡y la elegancia del lugar también!).
Raoul’s: un toque mediterráneo en el corazón de Londres, creado por una ex ama de casa que ya estaba aburrida de cocinar solo para su familia. Guardá lugar para el postre y probá la ensalada de frutas de estación con yogur griego, miel y almendras.
Morty & Bob’s: un lugar con toda la onda, famoso por sus sándwiches de queso grillado. Probá el de queso, hongos y trufas. ¡Riquísimo!
Farmacy: en Notting Hill, un restaurante libre de azúcar, aditivos y químicos con un menú vegano muy tentador que incluye smoothies (¡irresistible el de chocolate y lúcuma) y bols “de la tierra” superpoderosos.
Jamie Oliver’s Diner: el famoso chef británico –al que amamos– ofrece un menú con mucho sabor y a precios razonables en un espacio muy fifties. ¡La hamburguesa de cajú con batatas no falla!
Yumchaa: ¡vas a amarla! Con todos los tipos de té que puedas imaginar y hasta los más exóticos, como el de piña colada o el de chili, no vas a poder decidir con cuál quedarte. También podés comprarlos en paquete (vienen en un packaging divino) y llevarte una selección para disfrutar en tu casa.
Claridge’s: un clásico en el mundo del té inglés desde hace más de 150 años. Además de las infusiones bien elegantes, vas a quedar fascinada con la patisserie súper original y femenina que sirven a la hora del té. Eso sí, reservá tu mesa con tiempo.
Sketch: para darle un giro al típico té inglés, esta tea house lo sirve en un ambiente todo rosa (¡hasta los sillones!) y, además de los clásicos macaroons, va a tentarte con los bocados de caviar que, según la casa, son ideales para acompañar las infusiones.
The Berkeley: inspirado en el mundo fashion, este tea shop es un clásico que ninguna blogger de moda va a querer perderse. Su menú cambia cada seis meses (¡igual que las colecciones de los diseñadores!) y el menú dulce se sirve en forma de ¡zapatos, vestidos, bikinis y carteras!
Lady Dinah’s: si sos amante del té y de los gatos, este es tu lugar en el mundo. En esta cafetería podés compartir una experiencia muy british, en compañía de unos diez felinos cariñosos y siempre listos para recibir nuevos amigos. ¿Las reglas? No darles comida, no levantarlos ni despertarlos si duermen. Se cobra una entrada de 7 euros destinada al cuidado de los animales de diferentes refugios.
Sushi Samba: en el piso 38 de la torre Heron hay un bar que fusiona comida japonesa, brasileña y peruana y que va a dejarte boquiabierta.
Sky Garden: 155 metros de altura, un megaespacio vidriado y buena música.