Viajes: cómo recorrer una ciudad que no conocés

Como alguna vez dijo J.R.R. Tolkien, "No todos los que deambulan están perdidos", y esta frase se aplica especialmente a los viajes. Qué más lindo que deambular sin rumbo por calles nuevas y desconocidas, descubriendo lugares increíbles y rincones que no están en las guías.

Te damos algunos consejos para recorrer una ciudad nueva y sacarle todo el jugo posible:

Al visitar una ciudad por primera vez, siempre hay que tener en cuenta los lugares de interés turístico, que por algo se volvieron íconos de la ciudad. Además, ¿quién no quiere una foto con la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad o el Big Ben?

Los colectivos son un gran medio para familiarizarte con una ciudad: los colectivos turísticos tipo hop on hop off dan una buena visión general del centro de la ciudad, pero los colectivos comunes ayudan a conocer los diferentes barrios y a mezclarse con la gente del lugar. Nos ayuda a sentirnos un poco menos turistas y más locales.

Algunas personas siguen un estricto itinerario, otras van con la corriente. Como siempre, probablemente se trata de conseguir un equilibrio saludable. Por ejemplo, se puede planear ver al final del día ese famoso edificio que está en ese bonito y pequeño barrio. Para llegar hasta ahí se puede dejar llevar totalmente por la corriente. Lo importante es estar atento y con los ojos abiertos para no perder ningún detalle importante.

Escuchar, oler y mirar de arriba abajo, a los costados- mejor dicho a todo tu alrededor. Sentarse, descansar y disfrutar de un café en diferentes bares e incluso perderse a propósito es parte de conocer. Usar calzado cómodo, vestirse con capas de ropa y llevar algo de dinero en efectivo (para los cafés). Asegurarse de permanecer hidratado y de comer tanta comida local como sea posible, a modo de combustible.

No todo el mundo está preparado para pasear sin rumbo fijo. Saber dónde estamos y a dónde vamos permite ahorrar tiempo y sobre todo dinero. Los planos no solo hacen la vida más fácil, sino que también son un gran tema para iniciar una conversación con algún nativo (seguro que alguien sabe cómo leerlo mejor) y es un recuerdo divertido para llevar a casa.

Los pies o una bicicleta son herramientas perfectas y baratas para llegar a donde se quiera ir. Además hacen que sea fácil parar en cualquier lugar para un selfie, o simplemente para tomarse un descanso y observar. Y tomar conciencia del lugar en donde estamos y poder verlo y sentir de una forma diferente.

Preguntar a la gente del lugar es la mejor forma de encontrar joyas ocultas y explorar nuevas zonas. A muchos preguntar en la calle a personas al azar les da desconfianza. Pero también se puede entrar en una cafetería o bar y hablar con el personal. Están acostumbrados a conversar y están (en general) encantados de ayudar. Y, ¿quién no quiere mostrar todo lo que sabe sobre su barrio, su ciudad o su pueblo?

Tener una misión o un objetivo geográfico hace que explorar sea más emocionante y da algo para hacer, dejando mucho espacio para descubrir y explorar. Planificar cómo llegar, los horarios y las mejores rutas, es todo un desafío.

No importa cómo explores la nueva ciudad, es importante saber qué barrios o sectores evitar. Permanecer seguro e informarse antes de ir con una guía de viaje, información de blogs o de amigos, que siempre son buenos puntos de los que partida. Siempre respetando las normas y las costumbres locales.

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