Depresión posparto masculina: “Son ellos dos y vos te quedás afuera”

Sin embargo, los días que siguieron estuvieron cargados de tensión y discusiones de pareja. Especialmente cuando retomó su rutina laboral, después de la licencia por paternidad y los quince días de vacaciones que se había tomado.

Había algo que no estaba siendo como él lo esperaba y eso lo ponía mal. Hoy entiende que el fuerte vínculo entre Adriana (su esposa) y su hijo lo dejaba en un lugar difícil para él. “No era una tríada; no éramos tres, ahí. “Eran ellos dos y vos te quedás afuera”. Mauricio Strugo es psicólogo y sexólogo clínico y organiza encuentros mensuales en grupo para que los padres recientes puedan analizar estas cuestiones. “Nada vuelve a ser igual después del nacimiento. Lo que era una pareja, ahora se transforma en una familia”, explica. “Y cada persona se conecta con esta situación de una manera diferente”.

En el caso de Fervi, el detonante para advertir la situación y encontrar una explicación a lo que estaba pasando fue una pregunta que hizo la obstetra, en uno de los controles posteriores al parto. Primero les preguntó por el bebé y después les dijo: “Y entre ustedes, ¿cómo están?” No fue necesario que respondieran con palabras, porque sus gestos lo dijeron todo. “En este momento tu función es la de apoyar a tu mujer en lo que necesite”, le dijo la médica.

El comentario fue como una sacudida que lo despertó y le alivianó la carga que llevaba, porque empezó a entender cuál era su rol en esa nueva conformación familiar, al menos durante los primeros meses de vida del bebé. Para Strugo es fundamental que los hombres cuenten con un espacio donde puedan hablar de lo que les pasa: “Un lugar donde puedan expresar sus necesidades, su tristeza por haber perdido a esa mujer, su preocupación económica por tener que ser el único ingreso en el momento en que ella se toma licencia, su temor de no recuperar la pareja quizás nunca más…”

Fervi cuenta que “quedar afuera” es una de las situaciones que más se escuchan en el grupo de padres del que participa. Otro de los temas tratados es el de la adaptación a los cambios: “Lo que era, ya no es. Ahora es otra cosa”, dice y recomienda encontrar el ámbito para hablar de lo que está pasando. “Contar es sanador, porque presupone el ejercicio de registrar lo que nos pasa para poder transmitirlo”, explica.

Para el especialista, la aparición de canales de comunicación genera que los síntomas no hagan demasiada mella. En otras palabras: si hay espacios donde los hombres pueden hablar de lo que sienten y armar una red de contención tal como lo hacen las mujeres, la depresión posparto se puede prevenir.

La terapia debe brindar un acompañamiento en donde el hombre no sea juzgado por lo que siente, para que pueda expresar con libertad lo que necesita y explorar su propia infancia, la manera en la que fue criado, para sanar algunas heridas y que eso no afecte en el presente. El entorno puede ayudar validando ese sentimiento de exclusión y de que la vida cambió. Entender sus preocupaciones, su incertidumbre sobre el futuro y comprender que la persona que está pasando por una depresión posparto está atravesada no solo por el presente, sino también por su pasado.