Cocina sustentable: 8 hábitos simples para cuidar el medioambiente

¿Sabés cuánta basura generamos por día en Argentina? Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable cada persona  produce un kilo de residuos diario. Quizás no suene para tanto, pero si multiplicamos esa cifra por el total de habitantes el resultado es alarmante. La buena noticia es que el 80% de los residuos son reciclables. En nuestras cocinas descartamos varios productos que pueden tener una segunda vida, como los envases de plástico, las botellas de vidrio y las latas vacías. Tip: es importante que antes de dejarlos en el tacho verde corrobores que estén limpios y secos. 

Si tenés dudas sobre qué materiales son descartables y cómo reciclarlos te recomendamos no perderte esta nota.

Ok, ya separás los reciclables, pero, ¿qué hacemos con la basura que no va en el tacho verde? Para los residuos orgánicos (restos de vegetales, cáscaras de huevo, yerba, etc.) hay dos opciones posibles que ayudan a reducir el impacto ambiental. La primera es compostar. Esté método consiste en juntar los restos húmedos en una compostera (puede ser comprada o casera) y dejar que con el calor del sol se descompongan. Es importante cada tanto abrirlo, revolverlo y regarlo si está muy seco. Con el paso de los días estos materiales se transforman en tierra fértil que podes usar para tus plantas. Si no tenés tiempo o espacio para hacer compost en tu casa y vivís en la ciudad de Buenos Aires, podés llevar los residuos orgánicos a un Punto Verde. 

Para que el compost funcione es clave conocer qué elementos pueden ir en el

• Que sí: Frutas, verduras, legumbres, cereales, cáscara de huevos, cáscaras y carozos de frutas y verduras, yerba, café, saquito de té e infusiones (el hilo sí, la etiqueta no), cáscaras de cítricos, flores, hojas secas y restos de ramas. 

• Que no: Ningún tipo de carne, huesos u otro tipo de resto animal, lácteos, restos con grasas o aceite,  pañales, heces de perros y gatos.

En nuestras cocinas hay varios productos que se utilizan una sola vez y luego van directo al tacho. Los elementos reutilizables son una muy buena opción porque bajan la cantidad de basura que generamos y son amigables con el bolsillo. Te comparto una pequeña lista de artículos que podés reemplazar por otros más ecológicos:

• Elegí filtros de tela en lugar de los de papel.
• Comprar té en hebras en lugar de en saquitos.
• El papel film puede ser reemplazado con telas enceradas (ojo, nunca uses este producto para envolver ningún tipo de carne)
• El rollo de cocina a primera vista no parece contaminante porque está hecho de papel, sin embargo, al ser de un solo uso no es la mejor opción. Siempre que puedas usa trapos y servilletas de tela de algodón.
• El purificador de agua es más ecológico —y a la larga más barato— que comprar botellas de plástico. 

Cuando paseamos por las góndolas de la verdulería nos encontramos con productos que vienen de distintas partes del mundo o que no suelen cultivarse en esa época del año. Para que haya tanta oferta se invierte mucha energía en transporte y conservación, lo cual es bastante perjudicial para el planeta. Siempre es mejor elegir alimentos frescos que hayan sido producidos localmente.

Según los datos de la ONU, la industria ganadera tiene un gran impacto en el ambiente. Para empezar, genera un alto porcentaje de gases de invernadero, a lo que se le suma los miles de litros de agua que se necesitan para producir un kilo de carne. Disminuir o dejar de consumir este tipo de producto es clave para luchar contra el cambio climático.

 La esponja que solemos encontrar en los supermercados no es amigable para el planeta por muchas razones. La primera es que al estar fabricada a base de petróleo utiliza recursos escasos y contaminantes. Por otro lado, a medida que las usamos se desprenden micropartículas de plástico que van desde la cañería de nuestra cocina hasta el océano. El problema es que varios animales marinos confunden estos pedazos de esponja con alimento y al comerlo mueren intoxicados. Como si esto fuese poco, al no ser reciclables ni compostables, cuando son descartadas terminan en los basurales durante varios siglos.   

Las esponjas vegetales (también conocidas como esponjas de lufa) son una excelente alternativa: tienen los mismos beneficios que una de plástico, no rayan la vajilla, tardan bastante tiempo en desgastarse y al ser 100% naturales son compostables tienen un menor impacto ambiental

Si está dentro de tus posibilidades, cuando compres un electrodoméstico nuevo opta por los que tienen etiquetas A o B. ¿Cuáles son las ventajas? Al tener menor gasto energético cuidan el planeta y bajan los costos en tu factura de luz.

Todos los días miles de toneladas de alimentos terminan en la basura. Este número bajaría mucho si ponemos en práctica estos consejos:

• Comprá sólo lo que estás segura que vas a consumir, para esto lo mejor es organizar las comidas de antemano.
• No te sirvas porciones gigantes porque, si no lo terminás, lo más probable es que los restos vayan directo al tacho. Es preferible poner en la mesa porciones más pequeñas y, si te quedaste con hambre, repetir. Todo lo que sobra debería guardarse en la heladera o al freezer para futuras comidas.
• ¿Cuántas veces tiramos a la basura la cáscara de las papas o las hojas de la remolacha? cada vez que hacemos esto desperdiciamos comida. Hay miles de recetas que incluyen esas cosas que desechamos, es cuestión de buscar y ponerse creativos.