Así festejó el equipo los 10 años de OHLALÁ!

No es ningún secreto que en OHLALÁ! somos fanáticas de la buena comida. Por eso no podía faltar este festejo íntimo con Juliana López May, nuestra cocinera desde el número 1, que nos recibió en su estudio de cocina en Tigre para agasajarnos con un menú pensado especialmente para la ocasión.

Queríamos arrancar el programa bien temprano para poder aprovechar mejor la luz del lugar y hacer lindas fotos (¡y porque ya teníamos hambre!). Así que nos dividimos en autos y salimos de la redacción ya cambiadas, tratando de reemplazar el chip de cabeza cansada por tantos mails acumulados, producciones en proceso y tareas pendientes por otro con muchas pilas para encarar una noche de celebración.

A medida que íbamos llegando al estudio de Juli, fuimos poniendo manos a la obra para preparar la mesa y terminar de ambientar el espacio en el que íbamos a disfrutar de los manjares que se estaban preparando en la cocina.

Aprovechamos para charlar de otros temas y ponernos al día con nuestras vidas afuera del trabajo mientras degustábamos una increíble tabla de quesos con chutney de tomates y mermelada de cebollas caramelizadas.

Obviamente, tanta tranquilidad no podía ser eterna; necesitábamos sumarle un poco de adrenalina al encuentro y esta vez el blooper de la noche le tocó al auto de Sole (en el que viajaba con Euge, Agus con su bebito, Santi, y Herni). Resulta que cuando estaban yendo por Panamericana, empezaron a escuchar un ruido sospechoso que terminó con el auto parado en el medio de la autopista. Con mucho esfuerzo (y varios sofoques más del motor), lograron dejar el auto en un shopping y seguir camino en remís hasta Tigre.

Con el equipo ya completo, nos sentamos a la mesa para empezar con la cena. De entrada, Juli y su equipo nos prepararon unas zanahorias y remolachas con miel y comino, acompañadas de huevo y salsa de yogur y queso (nosotras ayudamos en el emplatado y aprendimos un poco de food styling).

El siguiente paso fue el plato principal: unos ravioles de espinaca con salsa de hongos ¡que no daban más de lo ricos! Por supuesto, devoramos, pero aún así teníamos ganas de un dulzor para terminar la noche. Así que recibimos el postre con mucha alegría: una tarta de ciruelas con crema que nos hizo pensar en sabores más otoñales y nos dio ganas de que llegara el fresquito.

Todas estas exquisiteces vinieron acompañadas de un ponche de vino rosado con durazno, frutos rojos y cedrón, que fue furor: un peligro para las que al día siguiente teníamos que estar tempranito trabajando en la redacción.

Antes de terminar la noche, hicimos una tirada de nuestras cartas Fauna en la que a cada una le tocó un animal de poder. A todas nos resonó algo de lo que las cartas nos decían y lo usamos como disparador para compartir algo de lo que nos estaba pasando en el momento.

También aprovechamos para agradecer por estos 10 años, en los que el equipo fue cambiando, pero cada persona que lo integró aportó algo especial para que OHLALÁ! sea lo que es hoy: una comunidad de mujeres que va mucho más allá de la revista de papel.

Para terminar, brindamos por muchos años más (y tomamos un poco más de ese ponche mágico de Juli) y nos despedimos habiendo recuperado fuerzas y sabiendo que estamos preparadas para afrontar todos los desafíos del nuevo ciclo que comienza.

Agradecemos a Luigi Bosca, RegiaCasa Deco y Flores y Caleu Cerámicas por su colaboración en esta nota.