Vivir sola II

"¡¿Má, me prendés el calefón?!"

mudarse de la casa de tus padres, implica una decisión fundamental que colabora con la construcción de tu personalidad adulta y te brinda muchas satisfacciones. Claro que trae aparejadas millones de responsabilidades y debe ser acompañado por la idea de que ya nada volverá a ser lo que era, de que hay un montón de lujos que vas a tener que ceder: desayunos en la cama, la comodidad de tener la ropa lavada y planchada, los platos lavados a la mañana, la posibilidad de que, ante un grito, alguien responda a tus necesidades, por más superfluas que estas sean…

Entonces, preguntamos a todas las que ya lo padecen: ¿qué es lo que más extrañás de vivir con tus padres? ¿Cuál fue la pérdida que intentaste superar pero todavía no pudiste? Y a las que todavía no se animaron: ¿qué es lo mejor de la vida en familia, lo que temés perder cuando te mudes?