Gran Hermano: la orientación sexual no es hereditaria y te explicamos por qué

La orientación sexual se refiere al género, o los géneros, por los que sentís atracción sexual, emocional y/o romántica. Responde a una preferencia en relación a cómo queremos vivir nuestra sexualidad y junto a quién o quiénes.

A las personas que se sienten atraídas por personas de un género diferente al suyo se las reconoce como heterosexuales; quienes se sienten atraídas por el mismo género se las asume como homosexuales; a los que les gustan las personas de su mismo género y también de otro, son considerados bisexuales, y quienes no sienten atracción sexual por ninguna persona de ningún género son asexuales. Hay más denominaciones, pero nombramos las más conocidas a modo de referencia.

En cambio, la identidad de género es una construcción subjetiva que tiene que ver con lo que nos otorga identidad en función del género que construimos. Es decir, se vincula con la percepción que cada persona tiene sobre sí misma.

Si el género autopercibido y el género que se te asigna al nacer coincide, la persona es cisgénero. En cambio, para una persona trans, su identidad autopercibida no coincide con el género que le asignaron al nacer. A su vez, tanto las personas trans como las llamadas “cis”, pueden ser hombres, mujeres o personas no binarias.

En relación a la construcción de la maternidad/paternidad y su vínculo con la orientación sexoafectiva, Alejandro Viedma, psicólogo y coordinador de grupos LGBTQ+, cuenta a OHLALÁ! que la relación de criar a un/a hijo/a está vinculada a la capacidad para construir lazos amorosos, de filiación, y que eso no está determinado por la genitalidad de las personas que paternan o maternan.

“Las parentalidades se basan en funciones de sostén, de contención, de dar y soltar, de producir encuentros, de acompañar, y allí no tienen injerencia ni los cuerpos ni las orientaciones sexuales ni las identidades de género de las personas que asuman esos roles afectivos y responsables", informa el profesional. "Es decir, no porque alguien sea criado por dos papás o dos mamás, inevitablemente vaya a ser gay o lesbiana, ni un/a hijo/a de una persona trans se autopercibirá como trans, del mismo modo, alguien que tuvo una mamá y un papá no necesariamente será heterosexual”.  

Vanesa lamenta que desde un programa tan visto como el de Gran Hermano se generen estas confusiones. Y sostiene que la Ley de Educación Sexual (ESI), que fue promulgada en 2006 en el país aunque todavía no se aplica como corresponde en todo el territorio, nos ahorraría algunos de estos intercambios televisivos que desinforman.

"La ESI es la gran herramienta de transformación social", dice. "La ESI nos permite revisar cada espacio que habitamos desde la perspectiva de educación sexual integral, desmitificando un gran número de estos constructos sociales que nos censuraron y atemorizaron durante mucho tiempo. Nos devuelve el poder sobre nuestro deseo y nuestra identidad y ayuda a despatologizar las elecciones que se salen de la norma patriarcal. Por eso considero que si la ESI operara como debiera no tendríamos que estar luchando contra la violencia tal como está instaurada en la actualidad”.

En la misma línea, Alejandro considera de vital importancia la correcta aplicación de la ESI para contrarrestar, de algún modo, el alto nivel de violencia y desinformación todavía existente respecto los derechos de las personas LGBTQ+.

En relación a los discursos de odio, Alejandro advierte que en la “ignorancia” se invisibiliza (o naturaliza) la discriminación. “Se trata de personas que despliegan un discurso muy peligroso, que hablan sin perspectiva de género y livianamente de otras públicamente. No obstante, la supuesta ignorancia no es el motor exclusivo de este tipo de acciones. Hay responsabilidad en ese ‘no saber’, sobre todo, cuando el discurso es masivo”.

 Agrega que nota “un aire de superioridad en quienes odian a las personas LGBTQ+, que toman al “raro” (“por ser una minoría”) como algo del orden de lo negativo, criticable y juzgable”.

En este sentido, considera que es fundamental que se repudien las manifestaciones públicas LGBTIQ+odiantes, a las que entiende como “expresiones que siguen estigmatizando a las personas por su orientación sexual”.