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Sumampa Coria, creó Amautas Huarmis para incentivar que otras mujeres estudien carreras científicas

Sumampa Coria es una de las co fundadoras de Amautas Huarmis, una organización que busca fomentar la participación y formación de mujeres en carreras científicas.


Sumampa Coria es investigadora y una de las impulsoras de Amautas.

Sumampa Coria es investigadora y una de las impulsoras de Amautas.  - Créditos: Sumampa Coria



Nació en Buenos Aires y estudió en Tucumán, pero desde chica Sumampa Coria tenía una relación especial con Santiago del Estero. “Mis papás son de Buenos Aires y por trabajo se vinieron a Santiago del Estero. Hasta los cinco años estuve aquí. Jugaba en la naturaleza; con mis hermanos juntábamos bichos y nos bañábamos en la represa”, recuerda. De ahí quizás viene su interés por las ciencias naturales, orientación que eligió en la secundaria y que más tarde la llevó a estudiar biotecnología y doctorarse en ciencias biológicas.

O quizás también fue en parte gracias a heredar la curiosidad de su abuelo materno, que buscaba respuestas para todo y hasta construía sus propios muebles, o de su deseo de ser ingeniera agrónoma como su papá. “Él decía que el campo no era para las mujeres. Yo ahora soy biotecnóloga y trabajo en el área del campo con animales. Sí, es mucho más duro para las mujeres, pero lo podemos hacer”, asegura.

Hacer ciencia

Desde temprana edad todos hacemos ciencia. En el buscar respuestas y generar nuevas preguntas ante cada situación, continuamente estamos haciendo ciencia. Uno va planteando todo el tiempo hipótesis y respuestas alternativas, no lo sabemos pero hacemos ciencia”, señala. Sumampa hoy es investigadora del CONICET y trabaja en biotecnología de la producción animal.

Pero el camino para llegar hasta ahí no fue un lecho de rosas. Si bien estudió en una facultad donde predominan las mujeres (200 de 250 ingresantes), a lo largo de su carrera se fue dando cuenta de los micromachismos -y otros más explícitos- presentes en el ámbito de las ciencias. “Mientras estudiaba, había cosas que naturalizaba, porque en ese momento no me cuestionaba como ahora. Pero cuando empecé a trabajar como becaria del CONICET me di cuenta de muchas cosas, entre ellas el hecho de que la maternidad era como una cosa prohibida. Además, si bien en Santiago del Estero hay directoras de institutos y está bastante equilibrado, en el sistema de Ciencia la mayoría son hombres. Para nosotras llegar a esos puestos de decisión es más complicado”, explica Sumampa. Hoy ella es la única investigadora de carrera dentro de su grupo de trabajo, a pesar de que la mayoría son mujeres.

“Pospuse mucho mi maternidad, quería ingresar a la carrera de investigador para estabilidad laboral y después tener un bebé. Me postulé con muy poca esperanza y en el proceso, mientras era becaria postdoctoral, pensé que no podía posponer mi deseo solo por eso y quedar embarazada”, recuerda.

Trabajar por la equidad de género

Su experiencia, similar a la de muchas otras mujeres en la ciencia, la llevó a ella junto a un grupo de compañeras a crear Amautas Huarmis (“mujeres sabias” en quechua). Esta organización busca dar respuestas a las inquietudes y percepciones que observan en su entorno laboral y familiar respecto a lo que significa hacer ciencia y el rol de las mujeres en este ámbito. “Algunas compañeras de trabajo de distintas áreas empezamos a notar los micromachismos, o injusticias y no lo queríamos naturalizar. Empezamos a pensar que había que juntarnos porque unidas podíamos generar una respuesta más fuerte. De hecho, hicimos unos matafuegos rosas para evidenciar la violencia y una pegatina en nuestro lugar de trabajo, y nos arrancaron los carteles. Fue bastante heavy”, afirma.

Científicas del área de las ciencias naturales, de las exactas, de sociales, y del área de comunicación en su mayoría de Santiago del Estero, se proponen comunicar la ciencia a toda la sociedad y generar nuevos espejos donde las niñas y jóvenes puedan reflejarse. “Trabajamos mucho en las infancias tratando de despertar vocaciones científicas. En varios ámbitos desde temprana edad se les enseña a las niñas que hay cosas que no pueden realizarlas porque no tienen la inteligencia suficiente y el inconsciente se va sesgando a estudiar ciertas áreas relacionadas con el cuidado y la salud. Entonces decidimos que era muy importante trabajar desde las infancias”, cuenta. Así, realizaron talleres para visibilizar las mujeres ocultas de la historia científica.

Por su labor, la organización que integra Sumampa fue destacada por la Secretaría para la Igualdad de Género del GCBA. Bajo el programa Mujeres por la Ciencia, que comenzó en abril de este año, reconoce las iniciativas de mujeres que a través de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la innovación disminuyan las brechas de género.

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