Mis hijos se van esta noche con el padre.
Van a pasar 5 días al campo de San Pedro.
Les estoy haciendo el bolso como para que en caso de catástrofe natural, no les falte nada.
El fin de semana fue bastante juicioso. El sábado fue el cumpleaños de una de mis sobrinas así que estuvimos todo el día con mis hermanas y sus hijos.
A la noche vino Nicolás (a lo de mi hermana, madre de la cumpleañera), a buscar a los chicos. Me dijo que prefería no pasar, así que cuando llegó, me llamó al celular y yo alisté a los niños.
Me pasó algo difícil: Marcos y Lucas estaban felices de irse con el padre, pero Luján no quería. Se puso a llorar diciendo que ella estaba divertida. Que sus primas querían que se quedara.
Traté de convencerla pero no cedió ni un milímetro. Cuando vi que cada vez se ponía peor, bajé y le dije al padre que qué opinaba de que se quedara. Me dijo que la iba a extrañar pero que le parecía bien que estuviera donde ella quiere estar.
Se fueron a comer los dos varones y tarde, los llevó a casa. Me dijo que no se podía quedar (que quede claro que yo igual no lo invité), pero no quise preguntarle por qué.
Sábado 1 AM, mmm, no creo que fuera por trabajo.
Pero no es de mi incumbencia, no?
Ayer me llama una amiga y me dice "anoche lo vi a Nicolás".
"No quiero saber nada", le dije.
Cuando corté, sentí muuuuuuucho impulso de volver a llamarla y aflojar, pero no. Masoquismo, no.