
Mi hijo no va a tener siquiera un abuelo. (murieron ambos; digo, para evitar eufemismos).
Lo supe desde siempre, es verdad. Bueno, desde siempre, siempre, lo que se dice siempre, no. Lo supe desde un día concreto, hace ya un tiempito, pero es como si recién ahora estuviera cayendo en el asunto. O, digamos, como si recién ahora la cuestión se hiciera carne.
Yo tuve un único abuelo. Al otro lo "conocí", digamos, por referencias, por recuerdos ajenos. Pero eso es bien distinto. La imagen de un abuelo que ya no está es una imagen totalmente desfigurada. Y de recuerdos propios, obviamente, nada. El otro, el que sí conocí, fue de hecho EL abuelo para mí: miles de anécdotas personales y montones de situaciones grabadas para siempre en mi memoria.
Benjamín, en cambio, cero al as.
Jamás dirá "eh, abuelo". Nunca llamará al "nono".
(nota al margen, pero me acuerdo que una de las primeras cosas que pensé después de que se muriera mi viejo era que me habían quitado la posibilidad de decir "páaaa"; o sea, de llamarlo)
¿Y a qué viene tanto dramatismo?, se preguntarán ustedes. No sé, contestaré yo.
Supongo que dar un hijo al mundo te vuelve a reconfigurar todo tu cuadro familiar en la cabeza. Como si todos adoptaran nuevos lugares, nuevos roles. Alguien aparece en la línea descendente y, automáticamente, eso te hace mirar hacia arriba, hacia la línea ascendente. Eso al menos tuvo de bueno. Hacía mucho que no pensaba en mi abuelo.
A su vez, este pensamiento así como tan trágico "ay, mi hijo no tendrá abuelos, qué tristeza" me hizo acordar a mi mamá (tan dramática a veces).
¿Y qué hago ahorita mismo yo?
Vengo y la repito.
Caramba.
No deja de ser preocupante lo mío.
Para pensarlo, eh.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Mejor salgo a ventilarme un rato. Mientras, les dejo este bonito hilo musical para empezar la mañana bien pum para arriba:
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca



