Esta noche charla pendiente con El Turco y yo con este dolor de garganta con el que convenientemente me desperté esta mañana. Me quedaría en la cama todo el día pero ya sabemos que eso es algo con lo que uno fantasea todas las mañanas y nunca hace. Juro que alguna vez este año lo voy a hacer y porque sí. Veremos si la culpa me deja disfrutar.
Mi madre me llama y me vuelve a relatar (en su versión remixada) la conversación que tuvo mi viejo con la compañía de seguros por el tema del granizo y el auto. Quiero ser solidaria y comprensiva pero la segunda vez ya no me sale y además no hay absolutamente nada yo pueda hacer. Granizo. Desastre natural. Entiendo el mal humor de papá, Mamá, obvio. Claro, sí, un disparate, obvio, Ma, claro.
Y así durante 5 minutos.
Hoy tenemos almuerzo de despedida para Gran Jefe y el viernes parece que se está organizando una fiesta a la que obviamente no tengo ni media ganas de ir pero a la que es políticamente incorrecto faltar. ¿A quién se le ocurre organizar estas cosas? Porque ahí seguro va a haber que fumárselo a Gran Jefe y su Gran Habano dando Gran Discurso para sus pequeños indiecitos. Que pase esta semana rápido y que amanezca sábado. Así, non-stop.