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Amiga-hermana




"No sé si será una hermana gemela, pero se le parece mucho", pensé el viernes por la noche en medio de una meditación a la que había sido invitada por Paula, mi amiga.
Sí, en Paula pensaba.
Es una amiga muy reciente a la que conocí hace pocos meses y la que, en un abrir y cerrar de ojos, y con una fluidez irreproducible a voluntad, se volvió íntima.
(Así como asumo cierta dificultad en sostener vínculos a la distancia, debo reconocerme una gimnasia vincular para hacer nuevas amigas que ni siquiera tenía de chica.)
Y no dejo de asombrarme con el fenómeno de los encuentros, con ese capricho que hace que nos conectemos. Me asombra ver cómo de un momento al otro, un completo extraño se corre de ese telón indiferenciado de anónimos, y no sólo se vuelve alguien reconocible, con un nombre, con una voz, una historia, con opiniones, sino que su radio de intimidad y vulnerabilidad, aquello que muchas veces ni siquiera esa persona conoce de sí a conciencia, se abre con el propio radio, se funde, se mezcla... con tal facilidad que una llega a fantasear: "casi como una hermana gemela".
No iba a contarles que aquel pensamiento sucedió en medio de una meditación, por miedo a los prejuicios que una actividad-evento de ese tipo podría despertar. Por miedo a mis prejuicios. Los mismos que cuando Paula me insistía con que la acompañara me hacían patear la invitación, acaso subestimarla. "Si no lo necesito".
Y no sólo ese momento, que me hizo bien, sino los muchos otros que comparto con mi amiga, desde retirar a retoñas del colegio (¿Les dije que Paula es la mamá de Ámbar? Ah, sí, Paula es toda una amiga-mami*), matear en su casa o tomar mate cocido en la mía, cenar afuera, ¡mirar los partidos!- sin querer queriendo, se fueron convirtiendo en piezas claves de mi rutina. Más que una amiga, una amiga-hermana. Y ya que nuestra hijas fundaron el juego de "ser mellizas", acerca del cual estuve escribiendo la semana pasada, ¿por qué no aceptar que, de algún modo, también lo juego?
Por supuesto, como decíamos, "nadie puede ahorrarte el trabajo de ser vos misma", pero hay compañías que te lo facilitan. Hay compañías que te hacen ser más vos misma; que lejos de correrte de tu centro, te empujan, te invitan a que lo habites.
(De un modo más pleno.)
¿Tuvieron o tienen alguna amiga-hermana? ¿Son de hacerse amigas-mamis? *No tuve ejemplos de parte de mi madre de amigas-mamis (mi mamá casi que le huía a las otras madres) y sin embargo, son vínculos que a mí se me dan mucho. Y más allá de la maternidad, ¿son de hacerse nuevas amistades ahora de grandes?
Poniendo orden en casa encontré este dibujo de Ámbar. Me dio mucha risa

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Con ropa de madre, jugando a ser ´mellizas´

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PD: Recomiendo "Desencajados" -con Dario Sztajnszrajber y Lucrecia Pinto- el 31 de julio en el ND TEATRO.
PD2: Como siempre, para escribirme por privado, me encuentran en inessainz@msn.com ¡Buena semana!

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