Bariloche desde el lago
Tres programas veraniegos y tres pequeñas historias personales para conocer desde adentro el inigualable Nahuel Huapi
4 de marzo de 2012
Orgullosos navegantes
EN VELERO
Es tanto lo que da Bariloche que a veces no todo se llega a disfrutar por igual en una visita. Quizá por eso, por todo lo demás que hay para hacer, la navegación en velero por el Nahuel Huapi es una excursión tan poco habitual como recomendable.
"Bariloche siempre miró más a la montaña; al lago ni bola", razona el capitán Pablo Scotti, sentado plácidamente junto al timón de El Orgulloso en una soleada tarde veraniega por un Nahuel Huapi planchado que obliga a encender el motor en un primer momento.
Scotti y Carolina Souhilar ofrecen salidas a bordo de este velero (diseño de Germán Frers) en Bariloche. Son paseos de tres horas para un máximo de seis pasajeros (250 pesos por persona) con dos tripulantes entre Puerto Petunia y Playa Bonita. "Antes, otro barco hacía más bien paseos gourmet. Pero esto es otra cosa, es aventura, es deporte. De hecho, si el turista sabe timonear lo dejamos que pruebe un rato...", asegura Scotti, con experiencia en actividades adrenalínicas: durante años comandó travesías de mountain bike en la zona.
Vientos de cambio
El capitán es porteño, pero vive hace casi tres décadas cerca de este mismo lago ("Buenos Aires no me cerraba"), en el que ama zambullirse... cuando se puede. "El Nahuel Huapi te deja nadar unos treinta días al año. ¡Tirarte un clavado desde la proa del velero es lo más!", dice Scotti, aunque advierte también que el viento acá puede llegar a ser bastante intenso, capaz de transformar un paseo manso en una carrera de superacción. "Nos adaptamos a cada grupo, vemos si da para movernos más o para quedarnos tranquilos", explica. El contundente paisaje barilochense hace el resto, para todos por igual.
Souhilar, en cambio, vive acá hace apenas unos meses. Acaba de dejar un buen cargo y trece años de carrera en cierta multinacional del rubro alimentos en Buenos Aires. A los pocos días de llegar a su tierra prometida, el volcán Puyehue, en Chile, hizo erupción y Bariloche se cubrió de cenizas. No pocos barilochenses hasta abandonaron la ciudad. "No sé por qué, pero a mí no me pareció tan grave. Después de haber dado semejante salto en mi vida, veía lo del volcán como una crisis muy puntual y pasajera, aunque la gente de acá no lo tomaba así. Yo podía esperar", dice Souhilar mientras toma mate en la cubierta de El Orgulloso, en medio del Nahuel Huapi, en una impecable tarde de sol. Cuesta imaginar que nadie le recrimine haber tomado una decisión equivocada.
veleroelorgulloso@gmail.com
Exotismo, filosofía y remo
EN CANOA HAWAIANA
Cuando explica por qué se subió a la canoa hawaiana, Mariano Hernández sorprende un poco: "Lo que más me gustó fue la filosofía detrás", dice el curtido remero del conurbano oeste bonarense, trasladado a Bariloche hace cuatro años, aunque éste es el primer verano que se mete al agua en el Nahuel Huapi para proponer salidas turísticas a bordo de su canoa.
El programa es una exclusividad. No podría ser de otra forma: no hay más canoas hawaianas a la vista en todo Bariloche. Y sobran los dedos de las dos manos para contar el total de canoas hawaianas en la Argentina. "Somos muy pocos, sí, pero creo que cada vez se va a sumar más gente", especula Hernández, al frente de Mauna Kea, el previsiblemente único club de outrigger (tal es el nombre del deporte) en la Patagonia y uno de los cuatro existentes en el país (los otros están en Buenos Aires y Pinamar), con sede en la bajada náutica del recoleto hotel Puerto Pireo (Bustillo 17.100).
Pero... ¿Qué es una canoa hawaiana y de qué filosofía habla Hernández? Respecto de lo primero, se trata de una embarcación tradicional, utilizada hace más de tres mil años por navegantes polinesios. Es una embarcación para seis remeros con un flotante a un costado que le da gran estabilidad a pesar de que prácticamente se desliza sobre el agua (especialmente, en alta velocidad).
Aunque ahora son de fibra de vidrio y pueden costar hasta 8000 dólares, estas canoas se construyeron originalmente con troncos sagrados que se obtenían no sin todo un ritual previo. Y ahí entra la parte filosófica. "Hay un trasfondo muy místico -asegura Hernández-. La unión entre la canoa en sí y el flotante representa de algún modo la unión entre el hombre y la mujer."
Hernández conduce a sus grupos (110 pesos por persona) por el brazo Campanario hasta desembarcar en alguna playa donde disfrutar de un refrigerio al sol (ya en abril, la actividad se interrumpe hasta la próxima primavera). El programa es ideal tanto para familias como para pequeños teams corporativos. "El remo en equipo es una actividad en la que surgen muchas cosas interesantes respecto del funcionamiento de un grupo", apunta el remero.
Reservas: (02944) 15314581
Vía Tristeza
EN BARCO
"Del brazo Tristeza, todos se van contentos", anuncia Nicolás de la Cruz mientras el Kaikén Patagonia suelta amarras en Puerto Pañuelo, a unos 25 kilómetros de Bariloche y a caminable distancia del hotel Llao Llao.
El plan es navegar por el mencionado (y poco transitado) brazo en el sector sudoeste del Nahuel Huapi. La salida, de medio día, es una bienvenida novedad para un destino con un muy conocido repertorio de excursiones clásicas. Y el organizador y anfitrión, un lujo: aunque nacido en Suiza, De la Cruz es un reconocido montañista local, geólogo, refugiero del Frey durante quince años y experto guía de montaña.
Tan experto que extraña un poco encontrarlo ahora en el agua. "Viví mucho tiempo en la montaña. La idea de esta misma excursión surgió en la cumbre del cerro Otto. Pero con 47 años ya quería hacer algo distinto. La montaña es ficción y, después de convivir con ella, no es fácil bajar al mundo normal, pero hay que intentarlo", confiesa De la Cruz, que siempre lamentó la suspención, hace tiempo, de los tours por su admirado Tristeza, adonde él se aventuró en bote tantas veces.
El Kaikén es un sobrio barco de madera para unos quince pasajeros, con buen espacio a resguardo del eventual mal clima y gran cubierta para disfrutar también del aire libre. Ideal para observar el paisaje, con abruptas costas rocosas, casi sin playa; varias cascadas y una vegetación que se va transformando en selva valdiviana.
Después de casi dos horas, la embarcación llega a una pequeña playa. Ahí empieza la caminata, que a De la Cruz parece entusiasmarlo más aún, como si no la repitiera regularmente hace casi un año. Es un trekking liviano, de un par de horas, por un sendero claro, sólo interrumpido por algún tronco caído o por algún arroyito. Hasta llegar a la gran recompensa: una cascada que más que caer se desliza por una especie de autopista de piedra pulida en leve pendiente, muy resbaladiza.
Si fuera por De la Cruz, el grupo seguiría más allá de la cascada, pero es hora de volver. Hay que contar con el tiempo de navegación de regreso a Puerto Pañuelo, durante el cual el mismo guía compartirá una picada de ahumados patagónicos, pastas y helado, justa recompensa para un grupo de felices exploradores del Tristeza.
LA FUERZA DE UN VOLCAN
BARILOCHE.- En esta ciudad, hasta hace poco cualquier primera conversación con un local desconocido solía contener, más o menos al inicio, la pregunta: "¿Y vos de dónde venís?" No es nada raro que detrás de un barilochense haya una buena historia de migración, de cambio de vida, de búsqueda de algo mejor.
Hoy, sin embargo, la cuestión inevitable es otra. "¿Y a vos cómo te afectaron las cenizas?", es lo que no se puede dejar de preguntar en cada nueva conversación. La erupción del volcán Puyehue (en Chile, a unos 100 km), en junio último, no sólo cubrió de cenizas a Bariloche. La paralizó, al menos en un primer momento.
Las cenizas causaron serios problemas, desde todo lo relacionado con la vida cotidiana hasta el abrupto corte del turismo, principal motor de la economía, especialmente debido al cierre del aeropuerto.
Después de una temporada de esquí casi totalmente perdida, las moderadas expectativas estaban puestas en el verano, eso sí, ya con muy baja presencia de cenizas. "Si llegábamos a una ocupación del 40% nos dábamos por satisfechos", confiesan hoy en la Secretaría de Turismo, a la vez que celebran haber alcanzado ahora justamente ese nivel, acaso modesto para un verano normal, pero auspicioso de cara al futuro.
La situación se revirtió sobre todo gracias al regreso de los esperados vuelos de Aerolíneas Argentinas y Lan a mediados de enero último. Desde entonces y hasta ahora, el aeropuerto sólo estuvo cerrado un día por efecto del volcán. Y los turistas se reencontraron con un Bariloche realmente espléndido, a pesar de que en ciertos días la presencia de ceniza pueda ser evidente. Y algo más: con precios incluso más bajos que los del verano 2011, para aprovechar.
"Dentro del desastre, las cenizas tuvieron su aspecto positivo: nos unieron más. Fue muy emocionante cómo todos salimos a hacernos cargo de la situación, a limpiar nosotros mismos todo lo que pudimos. Y el que no podía barrer, le alcanzaba un mate al que estaba trabajando", destaca Cristina Pérez Aguirre, docente escolar e integrante de la Asociación de Turismo Activo de la Patagonia. Puede sonar curioso, pero lo cierto es que, por estos días, relatos como el de Cristina son un ingrediente extra que hacen incluso más interesante una visita a Bariloche.
DATOS UTILES
Cómo llegar
Lan vuela de Buenos Aires a Bariloche con dos frecuencias diarias de lunes a jueves y tres de viernes a domingo. Tarifas, desde 1234 pesos. www.lan.com ; 0810-9999-526
Paquete Bariloche premium
Aéreo, traslados, cuatro noches en el hotel Llao Llao (con desayuno): 4159 pesos, precio final. Válido del 10 de marzo al 30 de abril (excepto del 4 al 15 de abril). Operador responsable: Organización Piamonte.
El Llao Llao Hotel & Resort Golf está entre los 25 mejores hoteles de lujo de América del Sur, según la última encuesta de viajeros en TripAdvisor. Histórico edificio del arquitecto Bustillo, en una locación idílica, cuenta con cancha de golf de 18 hoyos y un spa con gabinetes de espectacular vista al lago. En marzo y abril, ofrece también promos de cuatro noches al precio de tres y plan familiar con 30% de descuento en la segunda habitación ocupada por hasta dos menores de 12 años. www.llaollao.com
Turismo activo
La Asociación de Turismo Activo de la Patagonia (ATAP) agrupa a prestadores de programas de cabalgata, paseos lacustres, montañismo, pesca con mosca, rafting y otras experiencias adrenalínicas. Su sitio en Internet es una buena guía de empresas certificadas para contratar este tipo de actividades: www.atap.org.ar