Algunas escenas de pelea entre hijas me frustran como madre.
No me refiero a aquellos tironeos verbales por una tontería. O sí. Me refiero a aquellas disputas-por-una-tontería que terminan tan enmarañadas que una no sabe cómo abordarlas, cómo desenredarlas.
El viernes, por ejemplo, la más chica vio que yo tenía un paquete de chicles y me pidió que se lo regale. En el paquete quedaban sólo 2 chicles. Podría haberme negado, pero accedí, poniendo mis condiciones: "Un chicle para cada una. Y son para después de la comida".
Lupe asintió y me pidió que le diera el paquete en mano.
-Te lo doy pero uno de estos chicles es para tu hermana. ¿Me escuchaste?
-Bueeeeno – respondió revoleando los ojos, pero en el instante en el que los tuvo consigo sonrió pícara.
Y como tal, a los segundos estaría desplegando el juego que me temía.
-Lupe, ¿me das mi chicle?
-Lupe, ¿podés darle el chicle a tu hermana? ¿Qué fue lo que acordamos?
-Síííí, ya sé lo voy a dar... pero, pero... a ver, a ver, a ver –y se escurría al dormitorio.
-Luuupe, por favor, vení y dale el chicle a China.
-Pero son míos. Yo te los pedí.
-No, uno era tuyo, el otro era de tu hermana.
Y al ratito ya estaría quitándole el envoltorio al chicle y amenazando con comérselo.
-Mmm, me parece que voy a comerme tu chicle, China.
-¡Luuuupe!
-Lupe, dame mi chicle, Lupe
China, a esa altura, ya estaba exasperada y con pocas pulgas, entró a correrla.
-¡Lupe, basta! ¡China, no te metas!
China tenía razón, lo sabía, pero la pifió entrando en el juego de la provocación, en lugar de esperar que su madre resolviera el pleito, con paciencia. En eso cazó a Lupe del brazo, Lupe se resistió, empezó el tironeo de cuerpos y en el momento más álgido, amenazó con morderle el brazo. Digo "amenazó" porque hizo el gesto, llevó su boca al brazo de su hermana, pero no llegó a consumarlo.
"Ay, madre santa, me jubilo", pensé. O peor todavía: "¿tendré yo la CULPA de que estas criaturas de Dios, que nacieron inocentes y puras, se estén jorobando así, al punto de casi hacerse daño?"
Era tal la frustración que sentía, que siento en estos momentos, que me trabo. Me nublo. Y muchas veces termino yo también pisando el palito, metiéndome en el barro.
Pero el viernes, tras decirme "¡uh, qué trabajo!", una voz interna acotó: "Es el trabajo. Es uno de los trabajos más importantes como madre, vamos. Ayudarlas a resolver una diferencia, lúcidamente".
Entonces mandé a China al cuarto, y me quedé charlando con Lupe que no hacía sino acusar y subrayar el error ajeno:
-Me mordió, China me mordió.
-Sí, y eso está mal, por eso la mandé a su cuarto. Pero vos te equivocaste antes, la provocaste. Le quitaste su chicle y querías comértelo.
-Pero ella me agarró más fuerte.
-Sí, ya sé que ella se equivocó, y lo voy a charlar con ella. Ahora estamos hablando de vos. De lo que vos hiciste. ¿Te portaste bien? ¿Por qué la molestás así a tu hermana? ¿Qué hay de gracioso en molestarla? ¿No ves que le hacés mal?
Y así, durante unos 8 minutos en los que ella repitió su no-argumento y yo los míos. Y de un segundo al otro, aflojó:
-Bueno, está bien. Pero haceme upa. No lo voy a hacer de nuevo.
Alivio. Lo mismo se repitió con China en su cuarto. La mayor estaba ya tenía el registro de haberse excedido. Fue más fácil con ella, fue reflexionar juntas e invitarla a tener paciencia y a no entrar en juegos indeseados. A confiar, además, en su madre, que iba a resolverlo.
Y ahí, mientras cerrábamos la charla, apareció por detrás Lupe, diciendo:
-Mamá, te quiero mucho.
Mis hijas son de expresar cariño verbalmente, pero en ese momento, después de haber podido desenredar esa maraña, de haber intervenido sin caer en la tentación de enloquecer, de ponerme a pegar gritos... a ese "te quiero" lo sentí merecido.
Y concluyo: el trabajo de poner límites es engorroso, incómodo, agotador a veces, pero si en lugar de frustrarte de antemano, te mantenés en calma y confiás en tu criterio, bien lo vale.
¿Ustedes qué creen? ¿Qué escenas con sus hijos las frustran y/o superan como madre? ¿Cómo terminan resolviéndolas?
Hogar, dulce hogar. Este dibujo hizo China al día siguiente. Lo pegué en la pared
PD: ¡Buen arranque de semana!
PD2: Sigue abierto el grupo de los lunes, del taller. Para más info: inessainz@msn.com o por mensaje de FBwww.facebook.com/inaese
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