China y sus 2 amigas se celan.
Una cela a la otra porque juega con la tercera.
La tercera cela a la segunda porque juega con la primera.
Y así.
Compiten por amor.
A ver quiénes son MÁS amigas.
De hecho, aquello de las hermanas mellizas fue el puntapié del tironeo. Porque en la hermandad de mellizas sólo había lugar para dos, y la tercera se ponía de la cabeza.
En un primer momento quedó afuera Clara, Clarita.
Llegó a llorar con mucha congoja en la salida del colegio.
Aquel día sentí pena.
Nada grave sucedía en los hechos, pero ellas se estaban tironeando.
Celos no tan desconocidos para Clara y China porque ambas son hermanas mayores (de otros niños).
El caso es que en un primer momento decidí intervenir. Si algo una no quiere es ver a sus hijos o amigos sintiéndose mal, sintiéndose no queridos.
O causando en otro, en una amiga, un malestar tal.
Intervine, pues.
Charlé con China. Charlé con sus amigas.
Me escuché diciendo cosas que ni sé si me creo. Como que: "tenés que ser amiga de todas las nenas".
Lo que estuvo bien fue invitarlas a hacer el ejercicio de ponerse en zapatos ajenos.
"¿Te gustaría a vos que Fulana haga esto o aquello?"
"Pensá bien. ¿Cómo te sentirías?"
El ejercicio de comprender, de empatizar, de cuidar a otro.
El punto es que al tiempo de aquella primera intervención, me relajé.
Cosa de chicos, me dije.
Y solté.
Semana pasada Paula volvió a comentármelo... preocupada.
Siempre hay un capítulo nuevo de la novela.
Yo me quise ocupar, me quiero ocupar...
Me importa escuchar a una amiga.
Me importa, por supuesto, enseñarles a mis hijas a ser buenas amigas. Buenas personas.
Pero también, algo dentro de mí me dice, y eso mismo expresé en el momento:
"Inevitable que suceda".
¿Podemos ahorrarles a nuestros hijos transitar esas emociones?
¿Tiene sentido ahorrárselos?
¿Cómo los cuidamos para que no se hieran al divino botón?
¿Podemos pedirles que sean amigos de tal persona de la misma manera que son amigos de otra?
¿Son las afinidades algo controlable?
De verdad, no quiero sonar desalmada, pero por momentos sus tironeos me dan gracia. Me dan ternura.
Soy madre de dos hermanas, de dos niñas con 2 años de diferencia.
Estoy tan acostumbrada a que compitan por amor, y que pese a ello, se quieran, que para mí lo más sano, además de charlarles lo ya charlado, es distraerlas de su juego.
No darle pelota a la novela.
Quitarle peso.
Y a otro tema.
¿Ustedes qué piensan?
PD: Como siempre, para contactarse por privado, me encuentran en inessainz@msn.com ¡Que tengan un excelente fin de semana!
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