Publicado por Silvia
¡Buenas! Acá estoy, luego de un fin de semana larguísimo y un poco exasperante sin agua caliente ni calefacción (Silvio, cómo zafaste…).
Ayer a la tarde hablé con Silvio. Me contó de sus últimos dos días de trabajo, los lugares a los que había ido después de la oficina (allá no es feriado el primero de mayo, ¿pueden creerlo?) y me preguntó qué andaba haciendo. Yo había almorzado con un amigo que no veía hacía meses y acababa de llegar después del encuentro. Se lo conté muy tranquila: Silvio no es nada pero nada celoso . De hecho, cuando empezamos a salir, a mí me hacía ruido que le diera igual si yo me veía con hombres o con mujeres, si yo me juntaba a estudiar durante 5 horas con un amigo de la facultad o si hablaba por teléfono un buen rato con un colega. Nunca me preguntaba detalles (quién es, en dónde trabaja) ni mostraba la mínima molestia. Yo me acuerdo de pensar y plantearle que tanta falta de celos se emparentaba con cierta falta de interés , pero él me discutía que una cosa estuviera relacionada con la otra. Y me decía: "celos no es amor" . Ok, muy lindo. Pero es raro que un novio no sienta ni un poco de celos.
Silvio, de hecho, tiene menos amigas mujeres que yo amigos hombres, y rara vez se ve a solas con alguna de ellas. Pero cuando lo hace, a mí no me es indiferente ... (esto se traduce en que le quemo la cabeza haciéndole 25 preguntas sobre el encuentro, por ejemplo.)
La cuestión es que todo este personaje construido en dos años de frialdad y cancherismo se desmoronó ayer, cuando repentinamente, ante mi relato del almuerzo, me interrumpió: "¿Y por qué te viste con él?", "¿Tenés que verte con hombres cuando yo no estoy?", y ese tipo de preguntas. El descubrimiento para mí fue que cuando está lejos y pierde cierto "territorio", Silvio es mucho más celoso que cuando estamos en la misma ciudad, viviendo juntos. Tiene su lógica, es cierto.
Nota mental para futuros viajes: no dar tantos detalles.