Finalmente nos sacamos las fotos (con la santa paciencia de Julia, la fotógrafa) y además, el sábado nos encontramos en lo Gnoma. Jesi (estrada) nos había preparado una riquísima degustación de tortas y cosas dulces* y la dueña de casa tuvo la brillante idea de hacer unas etiquetas con el nick de cada una, la fotito o dibujo que aparece al costado y el nombre de pila con el que nos llamamos.
Me encantó conocerlas -a las que aún no conocía en persona- y compartir con TODAS ese lindísimo momento de comunidad (real). Los encuentros tête a tête son un condimento imprescindible para esta propuesta, no creen?
"La primera reunión es medio esquizoide", le decía a Gabita mientras viajábamos en el taxi de vuelta. "Una tarda en integrar la cara con el nombre (y todo lo que el nombre en este caso implica, historias de vida, anécdotas, confesiones, etc.). Pero con el tiempo y a medida que avanzan los encuentros, sucede una síntesis maravillosa que hace que sientas: "Fulana o Mengana definitivamente no podría ser de otra manera".
Y hoy como tema, quisiera seguir profundizando. Después de seguir dándole vueltas al tema del viernes, concluí que la hinchapelotez no es una cuestión de género. Cuando compartimos una tarea o una empresa (hijos, casa, horarios, dinero), bienvenida ella. Que a veces no es otra cosa que entusiasmo, disciplina, fanatismo (jeje), responsabilidad, exigencia (con una misma). Pero cuando se trata de nuestros espacios, nuestro cuerpo, nuestros mundos privados, nuestros correos, ahí sí voto (HOY) por el más absoluto respeto. Y salvo aquélla vez que le hice sacar a mi marido su arito (antes de presentárselo a mi viejo), trato, intento, hago el esfuerzo de no meterme en nada de todo ello. ¡¡¡Conste que esto lo aprendí (lo sigo aprendiendo) con el tiempo!!!
¿Uds. qué piensan?
* Para más info sobre las "Cosas Ricas" que probamos, pueden escribirle a Jesi misma: jesicaestrada@hotmail.com
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