En Alemania empezaron a celebrar la Navidad. Durante cuatro semanas, hasta poco antes de la Nochebuena, en casi todas las ciudades se instalan los famosos mercados navideños, donde se consigue de todo. Además de su espíritu comercial se convierten en el corazón de las ciudades, con árboles gigantes, mucho colorido, encuentros musicales, pesebres y tradiciones. Hay más de 2500, algunos muy conocidos y otros por descubrir.
El de Francfort es uno de los más antiguos y pasó a ser un componente fijo de la fiesta navideña a principios del siglo XIX.
El mercado se extiende desde la calle de comercios Zeil, por la iglesia histórica Paulskirche, la plaza Römerberg, hasta la orilla del río Meno. Aproximadamente 200 tiendas y puestos decorados de manera rústica y tradicional ofrecen todo lo que se busque. La oferta va desde lo culinario hasta lo práctico. Desde castañas asadas, huevos batidos y carne asada hasta vasijas de cerámica (los típicos Dippe). Tampoco deben faltar otras especialidades típicas de Francfort, como los dulces navideños Bethmännchen y Quetschemännchen.
Los mercados de Navidad en las ciudades bávaras despiertan los sentidos con el olor de castañas asadas, del vino condimentado, de los coros que cantan compasados, los regalos hechos a mano y los juguetes de Navidad fijados en un trasfondo de paredes medievales y edificios enmaderados.
En Munich se destaca el mercado que está frente al Ayuntamiento. Los que lo visitan no deben perderse la caseta del soplado de vidrio, donde se puede ver en directo la creación de las multicolores bolas de Navidad. También se puede observar el trabajo artesanal de fundidores de estaño, cereros y pirograbadores.
En la plaza Marienplatz resulta casi obligatorio acercarse a admirar el antiguo belén bávaro, que cada año escenifica el nacimiento de Jesús en el Prunkhof. Las ostentosas figuras de madera que conforman un gigantesco belén rico en detalles maravillan al visitante.
En Berlín, el mercado de Weihnukka es el único mercado cristiano-judío de Navidad. Se sostiene en los grandes jardines del museo judío y ofrece decoraciones, juguetes, confituras y deliciosas invitaciones a Navidad y Hanukkah.
En otro rincón del país, sobre el Mar del Norte, el mercado flotante de Navidad de Emden, Engelke Markt, está en un pontón gigante hacia afuera en el puerto de Ratsdelft, y la única manera de alcanzarlo es a través de un par de puentes. Alrededor de él aparece una serie de navíos museos festivamente iluminados. El Sinterklaas holandés (Papá Noel) llega en barco. Impregnado de historia marítima, este puerto de las Frisias Orientales es ideal para encontrar regalos hechos a mano y saborear comidas y bebidas tradicionales.