Usá maderas que sean recicladas o certificadas - Créditos: Gentileza Estudio Remy
Por Carolina Esses
No se trata de correr y construir una casa en el campo, aunque el término "ecoarquitectura" pueda llevar a imaginar un hogar de adobe en El Bolsón. Todo lo contrario: la idea y el desafío es hacer de nuestros departamentos o casas -y, por ende, de nuestras ciudades, esas grandes emisoras de dióxido de carbono- espacios más eficientes en cuanto al uso de la energía. La construcción verde, entonces, supera el balcón con plantas, por ejemplo. La idea es que sea funcional a nosotros, pero también al medio ambiente. Por eso, aquí van algunas ideas inspiradoras para que sepas de qué estamos hablando.
¿Qué es la arquitectura sustentable?
La arquitectura sustentable considera el tipo de terreno, los materiales que se emplean -su origen, producción, transporte y utilización-, el impacto de determinada construcción en la economía regional, la eficiencia energética, las condiciones de trabajo en la obra y las características de quien va a ocupar ese espacio. Así como los alimentos orgánicos responden a determinados parámetros, las edificaciones tienen que responder a normas previamente estipuladas, como las que otorga el sistema norteamericano de certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design).
Si estás por alquilar o comprar
Preguntá por los sistemas de aislación. A la hora de ahorrar energía, tanto en invierno como en verano, ventanas con doble vidrio y cierre hermético van a ser más eficientes que las tradicionales. Interiorizate sobre el material de las paredes: hoy, hay muchos sistemas -lana de vidrio, telgopor- que ayudan a aislar el departamento de las altas y bajas temperaturas.
Analizá la circulación de aire y la iluminación. Una habitación con dos ventanas va a permitir que circule el aire y que tu casa esté más fresca y ventilada. Contar con luz natural ahorra energía: prendés menos la luz. Claraboyas estratégicamente ubicadas en baños y cocinas pueden ser muy útiles. A la vez, podés proteger las zonas de la casa donde pega el sol.
Fijate si cuenta con servicios individuales . Siempre va a ahorrar más energía un edificio con servicios individuales que uno que los centraliza. La ecuación es simple: donde hay servicios centrales, se prende la calefacción para todo el mundo al margen de que, en invierno, el del quinto se vaya a esquiar una semana completa. Hay que consumir sólo donde hace falta.
Preguntá por los materiales con que está construido. OK, en las grandes ciudades es imposible escapar al cemento, aunque en otras partes del mundo haya edificios enteros realizados con tierra. Ahora, saber cómo ha sido el circuito de extracción, comercialización y transporte de los materiales y condiciones de trabajo en la obra va a determinar su impacto ambiental.
Tené en cuenta dónde está ubicado el edificio. ¿Queda cerca de bocas de subte, paradas de colectivo, ciclovías? ¿Tenés centros comerciales cerca o vas a tener que sacar el auto para todo? ¿Está ocupando un espacio que antes era verde, una plaza, un parque?
Fijate cómo se utiliza el agua. ¿Tiene algún sistema de recolección de agua de lluvia? ¿Se reutiliza el agua que condensan los aires acondicionados? Pensemos que, en general, es agua que se desperdicia, cuando podría utilizarse para, por ejemplo, tirar a los inodoros, donde hoy usamos agua potable.
Si estás por hacer una reforma
Reciclá. Siempre va a ser más eficiente remodelar algo que ya existe que hacer algo nuevo. Pensá que si empezás de cero -o con materiales nuevos-, de alguna manera, estás quitando tierra, espacios verdes. Priorizá materiales de posconsumo que puedas conseguir en un radio cercano a tu casa.
Usá maderas que sean recicladas o certificadas. Una etiqueta que diga que fueron extraídas de bosques con manejo sustentable, cíclico.
Elegí las pinturas y plastificados ecológicos. Los productos con base al agua son menos contaminantes. Hay muchas opciones y líneas de pinturas que ya se presentan como sustentables.
Aprovechá tu iniciativa de remodelación y revisá tu uso del agua. ¿Los bidones son la mejor opción o quizá conviene pasarse a un purificador? ¿Podés aprovechar el agua de lluvia? Pensalo, quizás encuentres una manera casera de hacerlo.
¿Qué son los...?
Techos verdes: literalmente, se trata de tener un jardín en el techo. El pasto y las plantas absorben el agua de lluvia, la retienen y después la largan a través de un desagote. Además de beneficiar la flora y la fauna (flores, insectos), favorece la sensación térmica de la construcción, además de filtrar un poco el agua que cae hacia la calle. Y, si está bien hecho, no genera humedad. A tener en cuenta: el pasto no debería necesitar más riego que el del agua de lluvia.
Colectores de agua solar: el agua se almacena y se calienta al sol. Siempre va a ser eficiente: si en invierno querés bañarte con agua caliente antes de que salga el sol, vas a tener que recurrir al gas o a la electricidad, pero en lugar de subir la temperatura del agua de 5 -que es la temperatura del agua de red- a 30 grados, la estarías subiendo sólo un par de grados, de 28 a 30. Es el 10 por ciento del consumo y se trata de una tecnología bastante económica.
Paneles fotovoltaicos o paneles solares: producen electricidad a partir del impacto de la luz solar. En la Argentina, donde -hasta ahora- la electricidad es barata, los paneles resultan caros, salvo en lugares donde no hay proveedores de electricidad. También están los paneles eólicos, que utilizan el viento. Se están usando cada vez más, incluso en la industria.
Experto consultado:
Arq. Juan González Calderón
Fundador de la Sociedad de Arquitectura Sustentable.
Más info: www.onarquitectura.com.ar
Arq. Juan González Calderón
Fundador de la Sociedad de Arquitectura Sustentable.
Más info: www.onarquitectura.com.ar
Elegí pinturas y plastificados ecológicos - Créditos: Gentileza Estudio Remy
Ciudades verdes
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