Hola chicas, cómo andan?
Ayer mientras cenábamos –y en el poco tiempo que nos dejó el monotema del blog- tuvimos un rato para hacer un poco de cuentas. Con el bardo de la mudanza, cada uno hizo gastos por separado y caóticamente (eso lo digo por mí… Silvio es medio reloj). Hasta ahora, todas las cosas que hicimos juntos (como las vacaciones) las habíamos pagado a medias pero a grosso modo: vos pagá los pasajes o la nafta, yo el alojamiento, una cena cada uno y cosas así. Igual, siempre le debo algo de plata... Creo que en parte es porque él sabe siempre cuánto gastó y yo no. La verdad es que no siempre logro organizarme y tener un registro sensato de mis gastos.
La cosa es que ahora con la convivencia siento que tengo mi oportunidad de reiniciar esa característica. En la mudanza, encontré justo un anotador en el que poníamos los gastos que hacíamos con mi amiga Ludmila cuando vivíamos juntas. Cada una anotaba todo y así íbamos equilibrando. Ahora yo había pensado en tener un fondo común semanal. Pero a Silvio le parece innecesario. Dice que es un lío estar viendo todo el tiempo quién gastó qué, que no es lo mismo que vivir con un amigo.
Silvio gana más que yo, pero yo siempre tuve mi plata y mis ahorros (que justo ahora agonizan). Pero es como que está medio implícito que él va a gastar un poco más, que no va a ser 50% y 50%. Él siempre termina gastando más en las cosas comunes. Por ejemplo: en las pocas semanas que llevamos viviendo juntos, él pagó su flete y el mío porque cuando llegó el mío yo me había quedado sin plata; pagó una compra grande del supermercado porque había descuento con tarjeta de crédito y yo no tengo tarjeta de crédito; pagó un mueble para el comedor. Yo hice compras (varias) inconexas en el chino del barrio y en la carnicería y pagué muy poco por una mesa ratona recontrausada. Más o menos calculé cuánto había gastado y obviamente era mucho menos de lo que había gastado él. Entonces, en este momento yo le debo plata otra vez. Y como todavía no declaramos ni firmamos y sellamos que como él gana más aporta más, hasta ahora el formato que le encontramos a esa realidad es que yo sea una deudora eterna. Malísimo ¿no?
Tenemos unos amigos que hacen fondo común en efectivo para los gastos comunes (y si gastan algo por fuera después van y lo sacan de ahí), otros que hasta sacaron una cuenta de banco juntos y tienen dos tarjetas de débito para las cosas compartidas; otro caso en que, como la chica se está recibiendo y trabaja pocas horas, el chico paga el alquiler y después se dividen las otras cosas. Conocía a una pareja en la que ella ganaba bastante más que él y entonces pagaba el alquiler entero y de vez en cuando hasta aportaba a la alacena algún alimento sofisticado para el cual el novio no iba a poner su plata de ninguna manera. Vivieron muy bien así por varios años, pero justo se separaron hace un mes...
¿Cómo manejarían ustedes los gastos compartidos? Nosotros dijimos que el alquiler lo va a pagar él y yo los servicios y las expensas. Los supermercados, el que vaya… Yo preferiría un fondo común en efectivo para todos los gastos, cosa de saber que estoy poniendo la mitad, pero Silvio se niega… Yo creo que con su amplia experiencia en bancos, en el fondo sabe que el poder está en ser acreedor. Ya veo que en cualquier momento me pide que aplique sus recetas para manejar mejor MI dinero.
Publicado por Silvia