Partimos hacia Oaxaca desde Puebla en ómnibus. Nuestra idea era recorrer la ciudad para luego continuar hacia las playas del estado.
Oaxaca está en la región sur de México. Por su belleza y estado de conservación, su centro histórico y la zona arqueológica de Monte Albán fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987. Realmente la recuerdo como una de las ciudades más bonitas de México. Muy colorida, con artesanías entre las cuales destaco los alebrijes y su cocina, realmente diferente y mucho más sabrosa a la del resto de México.
Visitamos la zona arqueológica de Monte Albán, antigua capital de la cultura zapoteca. Está a 10 kilómetros de la ciudad y lleva casi más de medio día recorrerla. El lugar es inmenso.
A la noche partimos hacia Pochutla (a 10 horas) para poder conectar Mazunte. Este pueblito sobre las playas del Pacífico está a una hora de Puerto Escondido, quizá más famoso. Yendo desde Oaxaca se localiza antes, pero no hay ómnibus por lo que hay que bajarse en Pochutla para de allí tomarse unos camiones que alcanzan hasta el pueblo. El lugar es para gente que le guste lo agreste y rústico, y estar en contacto con el mar. El alojamiento es muy básico, no hay nada de lujo, todo lo da la naturaleza, que es impactante. Sus playas son de aguas transparentes y arena dorada, y el mar es bastante tranquilo. No hay mucho por hacer más que descansar y aprovechar la playa hasta bien tarde. Se puede visitar el Centro Mexicano de la Tortuga, dedicado al estudio y la protección de la tortuga marina. El recorrido puede llevar como mucho dos horas y se pueden ver las especies de tortugas que abundan en las costas del Pacífico mexicano. Luego de pasar dos espectaculares días continuamos hacia Puerto Escondido. Aquí hay más ofertas de alojamiento para todos los gustos. En sus playas se realizan torneos de surf, por lo que se darán una idea que si buscan aguas calmas no es el mejor lugar, especialmente playa Zicatela. Cuenta con una importante movida nocturna. Para cenar y pasear por las noches lo más recomendado es visitar El Adoquín. Es la zona turística más conocida y más vieja de Puerto Escondido. Se pueden comprar artesanías y hay una gran oferta de restaurantes, obviamente para comer pescados, mariscos y langosta.
Por último visitamos el Parque Nacional Lagunas de Chacahua.
Llegar aquí realmente no fue fácil, pero valió la pena.
Esta área natural protegida se ha convertido en un importante centro para la investigación ecológica. Aquí no hay hoteles ni grandes restaurantes. Se pueden recorrer los manglares donde se ven las especies de aves, garzas y pelícanos, entre otras. También visitar un cocodrilario con algunos personajes muy particulares y si tienen suerte ayudar a las pequeñas tortugas marinas a llegar al mar. Nosotros la tuvimos y fue una experiencia única. Los atardeceres en la laguna son únicos, pero eso sí: lleven repelente porque los mosquitos se ponen insoportables. Aquí existen dos playas con servicios de restaurantes, que por supuesto ofrecen pescado y mariscos.