De viaje, contra todo riesgo

Aunque la famosa fórmula publicitaria ya tiene dueño (¿hace falta aclarar que pertenece a una tarjeta de crédito?), bien podría aplicarse a los servicios de asistencia al viajero, sobre todo si se tiene en cuenta que las consultas médicas, y ni hablar de las internaciones, suelen costar verdaderas fortunas en el exterior.

Pero, más allá de la cobertura médica u odontológica, este tipo de seguros generalmente contemplan otras prestaciones, entre ellas las de asesoramiento legal, indemnizaciones por pérdida de equipaje, adelanto de fianzas, traslado de un familiar en caso de internación, gastos por vuelo demorado, o asistencia por pérdida de documentos, tarjetas de crédito y pasajes.

¿Los precios? Varían según el tipo de servicio contratado y la compañía elegida (en el país, las más conocidas son Assist-Card, Axa Assistance, Universal Assistance y Travel Ace), aunque la asistencia para una salida de 15 días cuesta entre 50 y 107 dólares.

No mucho si uno está en el avión, de viaje a Tokio, empieza a sentirse cada vez peor y descubre que puede haber contraído... cólera.

Es lo que sucedió hace un par de años en un vuelo de Aerolíneas que cubría la ruta Buenos Aires-Lima-Los Angeles-Tokio, y que cargó alimentos con cólera en la escala en Perú. Hubo varios pasajeros afectados, e incluso uno murió al llegar a Estados Unidos. Assist-Card cruzó por computadora su base de datos con la lista de los pasajeros, y de los aproximadamente 240 ocupantes del avión, más de 50 habían contratado esta empresa. Se los contactó a todos y se atendió a más de 20 con síntomas de cólera. Uno de ellos incluso tuvo que ser internado y después repatriado a la Argentina, con todos los costos cubiertos por Assist-Card.

Pero, por supuesto, no todos los ejemplos llegan a esos extremos. Según las compañías consultadas, la mayoría de los inconvenientes que surgen fuera del país tiene que ver con la pérdida de equipaje o con trastornos leves de salud: consultas odontológicas, fracturas o descomposturas como consecuencia del cambio de alimentación, clima, altura, exceso de sol o picaduras de insectos. E incluso a causa de emociones fuertes, como fue el caso de un hombre mayor que visitó su tierra natal y, de tanta conmoción, sufrió una descompensación y debió ser internado (con final feliz, vale aclarar).

Según la compañía, es posible contratar asistencia por día, quincena o mes, pero también hay paquetes premium para los viajeros frecuentes. En general, estos servicios no tienen restricciones en cuanto a la cantidad de viajes, pero exigen que cada salida no supere los 90 días (oscilan entre 150 y 300 dólares anuales).

Hoy en día, los precios no varían en relación con el destino, con algunas excepciones: mientras que las coberturas regionales (para países limítrofes) suelen ser más económicas, sucede lo contrario con los países de la Comunidad Económica Europea, que exigen al visitante una cobertura de asistencia médica de por lo menos 30.000 euros.

De todos modos, y si hasta hace poco tiempo la asistencia al viajero era cosa de intrépidos (aquellos que se aventuraban hacia los puntos más recónditos del planeta), actualmente comprar estos servicios es más la regla que la excepción.

"Las ventas crecen año a año. En 2006 aumentaron más de un 30% respecto de 2005", observó Maximiliano Huss, gerente general de Assist- Card Argentina. También Luciano Ascaso, analista de proyectos de Axa Assistance Argentina, explicó que, entre nuevas ventas y renovaciones, la compañía comercializó más de 40.000 servicios en todo el año.

¿Cómo adquirirlos? La mayoría de los servicios se venden en agencias de viaje, pero también se pueden comprar por teléfono, personalmente en las oficinas de las empresas, y en algunos casos, en el aeropuerto de Ezeiza.

Por otro lado, algunas tarjetas de crédito también ofrecen el servicio de asistencia al viajero a sus socios, que se renueva anualmente. Aunque, claro, para eso contratan empresas como Axa (en el caso de American Express) o Assist-Card (Visa).

A la hora de elegir una asistencia es importante averiguar, entre otros puntos, los servicios que incluye (cuanto más amplia la gama de productos, mejor), el nivel profesional de los prestadores (médicos, hospitales, etcétera), la experiencia y trayectoria de la empresa, y la presencia de oficinas y centrales operativas en otros países.

Así, no importa en qué ciudad o cultura se encuentre el viajero, qué tipo de inconveniente haya tenido ni a qué hora, es bueno saber que, con sólo marcar un número de teléfono, del otro lado de la línea habrá una voz tranquilizadora en español que dará las indicaciones necesarias para resolver el problema.

Aun cuando éste pueda sonar inverosímil, como ocurrió cierta vez con una persona que, visitando una de las pequeñas islas de la Polinesia, fue arrollado por un camión mientras andaba en bicicleta. Los médicos que atendieron al herido (que tenía una tarjeta de Axa) no podían creer lo que había pasado, ya que era la primera vez que un camión atropellaba a alguien en ese lugar. Es que había sólo un camión en toda la isla.