Me estoy yendo a escriturar el departamento. Mañana a la mañana empezamos la mudanza.
Ayer vino Nicolás y nos dividimos los muebles y esos asuntos. Además, todavía había cosas de él, así que entre los dos y Marcos, terminamos. Ya está todo en orden.
El sábado vinieron millones de personas. ¡Estuvo tan bueno! ¿Saben qué fue lo mejor de la noche? Que una amiga que veía hace año me dijo: Te veo más feliz de lo que jamás de vi.
Me dieron ganas de abrazarla. ¡Me hizo tan bien!
Los chicos se portaron espectacular. No había juguetes así que los hicimos cocinar y organizamos una búsqueda del tesoro dificilísima.
Debo reconocer que es la primera vez desde que me separé, que en una reunión en la que muchas mujeres están con sus maridos, no me siento un poco mal.
De hecho, miré a mis tres hijos y pensé "esta es mi familia". Quiero ahora, un nido más chico, para tenerlos más apretados. Mañana a la noche comemos ahí. Tengo una emoción importante.
Siento como si fuera mi primera casa. Qué loco, no? Qué inmadurez tan grande.
Era hora de que empezara a vivir mi vida.