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El despertar de Valencia

Con su casco antiguo remodelado y una fuerte inversión motivada por encuentros deportivos, la ciudad de las paellas compite... y gana




VALENCIA ( El Mercurio, Santiago de Chile).- Cuando los valencianos hablan de "el despertá" se refieren al ruido de petardos que anuncia el inicio de la tradicional Fiesta de las Fallas. Pero "El Despertá" de la ciudad -así con mayúsculas- ocurrió cuando sus habitantes quisieron hacer de Valencia un destino de primera.
Entonces levantaron el acuario y el zoológico más grandes de Europa, desarrollaron proyectos arquitectónicos únicos en el continente y organizaron un Gran Premio de la Fórmula Uno, el Mundial de Atletismo y una de las diez fechas principales del circuito ATP de tenis profesional.
Valencia es hoy una de las urbes más modernas y dinámicas del Viejo Continente. Y lo es, entre otras cosas, gracias a un espacio inigualable: la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el mayor complejo lúdico y cultural de Europa. Un lugar de esos que hacen sentir ganas de tener 4 años otra vez.
El contraste entre modernidad e historia seduce a los visitantes. "Se puede venir todo el año", dice Luis, mientras disfruta del clásico arroz valenciano en el restaurante Neptuno, del Paseo Marítimo. A pocos metros de su mesa se ve el puerto donde el año último se realizó la Copa del América, una de las regatas más competitivas del globo, algunos la llaman "la Fórmula 1 de los veleros". Este evento fue uno de los detonantes del cambio valenciano.
En 2003, el equipo Alinghi ganó la Copa del América. La noticia era trascendental pues suponía que por primera vez en 156 años la competencia volvería a celebrarse en Europa, de donde eran los ganadores. Pero había un pequeño problema. El team vencedor provenía de un país sin mar: Suiza.
La solución fue sencilla. Los triunfadores realizaron un concurso para elegir la sede. Valencia ganó por sus 300 días de sol al año y porque se comprometió a desarrollar una infraestructura adecuada para el evento. Además, amplió su oferta de hoteles, salas de conferencia, galerías de arte y museos; cuentan con la segunda pinacoteca más grande de España, después de El Prado.
También rehabilitó su casco histórico, donde se concentran varias plazas que vale la pena visitar. Está la del Ayuntamiento, la más bulliciosa de todas, y la De la Virgen, llena de estudiantes de arquitectura que dibujan su fuente de agua. También se encuentra la de La Reina y su fila de carruajes, y la de la Almoina, bajo cuyo pavimento existe un museo con los restos arqueológicos de las sucesivas culturas que ocuparon la ciudad desde su fundación por parte de los romanos, en el 138 a.C.
A sólo unos pasos de la plaza de La Reina está la catedral, que contendría el Santo Grial, aquel vaso en que bebió Jesús en la Ultima Cena. Si se sube a la terraza del Miguelete, la torre mayor del templo, se tiene una de las mejores panorámicas de la ciudad.
A la salida de la catedral no hay más que perderse por las estrechas calles del casco viejo, llenas de cafés que sacan sus mesas a las terrazas, freidurías donde probar "pescaítos" fritos y todas esas especialidades que a uno lo llevan a preguntarse si acaso los españoles no están enterados de una cuestión llamada colesterol.
Hay, además, restaurantes que ofrecen toda clase de arroces y horchaterías para beber esta bebida típica valenciana, dulce y de aspecto lechoso, hecha a base de un tubérculo llamado chufa. Uno de los sitios más tradicionales para probarla es Santa Catalina, en la plaza del mismo nombre. Otra bebida típica es el "agua de Valencia", que se hace con jugo de naranja, cava y cointreau, aunque algunos también le añaden vodka. Es muy popular en los bares del Barrio del Carmen, que también está en la parte vieja y es uno de los más animados durante las noches.

A primera hora

Se recomienda una visita, bien temprano, al Mercado Central, para ver los camiones que llegan cargados con pescados y mariscos de la costa valenciana. La estructura de acero y los vidrios de colores de este edificio constituyen, junto con el otro mercado, el de Colón, y la Estación del Norte, destacados exponentes del estilo modernista que popularizó Gaudí en Barcelona.
Hay que alejarse del centro para llegar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El sector todavía está en obras pues falta completar una plaza pública, que será sede de una de las principales fechas del circuito de tenis. También se proyectan aquí rascacielos y una torre que albergará a la mayor escuela de música de Europa.
Los valencianos se acostumbran a estrenos desmesurados. El 28 de febrero último, por ejemplo, abrió sus puertas el Bioparc, el parque-zoológico más grande de Europa, con 334 mil metros cuadrados, en los que se encuentran 4000 animales de 250 especies. "Podemos estar en Africa sin salir de la ciudad", dicen en el parque, destacando el esfuerzo que se hizo por recrear los hábitats naturales de estas fieras.
Fotos: Reuters, AP y AFP

Desafíos para este año

En agosto próximo tendrá lugar la primera de las siete ediciones del Gran Premio de Europa de Fórmula Uno en Valencia.
El trazado de este Grand Prix, de cinco kilómetros de longitud, pasará por la Ciudad de las Artes y las Ciencias y por la zona del puerto de la Copa del América. Las instalaciones del evento náutico también serán utilizadas como sala de prensa, centro médico y lugar de trabajo de los mecánicos.
Uno de los desafíos que enfrenta la ciudad es dar utilidad a toda esa infraestructura que dejó la famosa competencia de veleros y que actualmente se encuentra bastante desocupada. Sólo se mantienen funcionando un par de restaurantes y un sitio de donde salen paseos en bote por la bahía para turistas. Cuando se trata de dar un paseo o comer afuera, los valencianos prefieren ir muy cerca de ahí, al Paseo Marítimo. La apuesta es que el equipo Alinghi, que volvió a ganar en la versión 2007 de la famosa regata, los elija nuevamente como sede del campeonato náutico, programado para 2011. Entonces el puerto deportivo volvería a latir con todas sus fuerzas y a contagiar a toda la ciudad.

Datos útiles

Cómo llegar

Lan.com e Iberia ofrecen en combinación pasajes a Valencia desde 1484 dólares.

Dónde dormir

  • Petit Palace Bristol: con una decoración ultramoderna y habitaciones con notebooks. Dobles desde 95 euros. www.hotelpetitpalacebristol.com

Dónde comer

  • Neptuno: en el Paseo Marítimo, su especialidad son los arroces y pescados. Entre 30 y 40 euros por persona. www.restaurante-neptuno.com
  • Agricultura: especializado en cocina mediterránea. Unos 35 euros por persona; 34-963-517 142

Mas información

María Eugenia Tamblay

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