Mini depresión al chequear las tasas de lo bancos y la poca disponibilidad de créditos hipotecarios reales. Me parece que encaro serio plan de ahorro y mientras tanto pienso en alquilar. Madre y padre conmovidos pero en ninguna condición de cooperar con efectivo. Es comprensible.
Ahora, cómo hacía la gente antes para comprarse una casa no lo entiendo porque ahora me parece casi imposible o estoy teniendo una sensación errada del mercado.
En retrospectiva me da bronca no haberlo hecho antes, eso de ahorrar metódicamente como esas parejitas que desde los 17 juntan billete sobre billete y algún día llegan al autito, la casa…
Tengo cero método de ahorro. Gasto lo que tengo. Un espanto. No sé por dónde empezar. Pedro me acaba de recomendar un libro que se llama algo así como El hombre más rico de Babilonia y es como una guía práctica para el ahorro y manejo financiero (dos de las cosas que estoy lejos de dominar). Dice que está bueno, que a él le cambió la cabeza en algunos aspectos (financieros, claro está, porque está más loco que nunca y saliendo con 2 minitas in synch). -¿Pero saben ellas?
-No se puede hablar de todo con las minas, Sofía, la cuestión es que no lo sufran. Y yo soy un rey.
-Vos sos una porquería, nene.
-Hasta que llegue el amor.
-Y mientras tanto vas regando el desastre por ahí. El hombre más trucho de Babilonia, eso sos.
Pero la porquería compró su departamento, tiene su propio auto y en lo que a dinero respecta, es el tipo más prolijo que conozco.