Emprendimiento: cómo saber si necesitás invertir en marketing digital

¿Toda empresa tiene que estar en internet? y en tal caso, ¿haciendo qué? El mundo digital puede lograr una muy clara segmentación de mercado y, a la par, una cuantificación bastante exacta de cuántos posibles compradores hay en cada segmento: dónde están, qué quieren, cómo lo quieren, para qué lo quieren, etc. En ese sentido existen tres grandes fuentes a las que recurrir en búsqueda de información, algunas más accesibles y otras bastante menos:

Google: es la empresa más importante del mundo internauta con un costo relativamente bajo. Según lo que quieras hacer, podés obtener mucha información del mercado, porque ve todo.

Redes sociales: también pueden aportar mucha información sobre el comportamiento del consumidor, por el tipo de datos que obtienen de sus usuarios.

Big data: son empresas o desarrollos que se dedican a analizar enormes cantidades de información, adaptándola a las necesidades específicas de cada empresa.

En toda estrategia de marketing inexorablemente llega el momento en el que hay que decidir cómo llegar a los segmentos que son tu objetivo y cómo dar a conocer y poner a disposición tu propuesta de valor. Está claro que internet es una mezcla enorme de canales de comunicación, pero lo importante siempre pasa por analizar si los segmentos que son tu objetivo utilizan los canales digitales; y si lo hacen, cómo y dónde. En este punto es vital contar con buen asesoramiento, armar un claro plan de medios y ser consecuente con la estrategia.

En el universo comercial, el 70% de las transacciones aún se hace por canales tradicionales, pero con un claro decrecimiento. Hay empresas que utilizan más de un canal; por ejemplo Amazon, al gigante de las ventas online, que recientemente anunció que va a abrir tiendas al público. No obstante, si finalmente decidís desarrollar una estrategia de canales online tenés que analizar tres grandes mundos:

a) Desarrollar un e-commerce propio - Si te decidís por esta opción sabé que no es algo económico y que hay que hacerlo muy bien para que no sea un fracaso, porque en internet no hay segundas oportunidades para malas primeras experiencias. No se trata de la plataforma sino de todo lo que se requiere por detrás: logística, sistemas, mecanismos de cobro, etc. Adicionalmente, hay que invertir en generar tráfico para el sitio y esto no es sencillo. No obstante, no te desanimes: como todo lo que es difícil, si lográs hacerlo sin dudas podés alcanzar un gran éxito.

b) Participar de un E-commerce horizontal o market place - Significa utilizar plataformas ya existentes como Mercado libre o Amazon. Esto te permite poner el foco en encontrar productos o servicios atractivos, evitando distraerte con el desarrollo o el posicionamiento. Si bien todos cobran una comisión, es un muy buen primer paso para aprender y luego, si realmente tu producto tiene potencial, podés mutar a un e-commerce propio. Un aspecto no menor de los grandes market places radica en la posibilidad de obtener mucha información estadística sobre el rubro en el que querés desempeñarte.

c) Invertir en posicionamiento - Es lo que tanto pregona el marketing. A diferencia de los negocios transaccionales, los negocios relacionales (que venden productos y servicios de consumo rápido o inmediato) buscan fomentar cercanía con los públicos para que esto genere transacciones. Para poder lograrlo es fundamental que la empresa mantenga contacto y releve en todo momento las necesidades de los clientes, ofreciéndoles instancias de contacto por fuera de la transacción. Así los clientes pueden ver a la organización como un aliado, un valor difícil de copiar por la competencia. En este punto el marketing digital tiene mucho para aportar: desde la relación con el cliente en línea, hasta las redes sociales o los blogs.