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 • HISTORICO

En Rentambour, la India es más salvaje

Este parque nacional, en la tierra de los marajás, es la llave para ver tigres, pumas y búfalos




JAIPUR, India.- Ahora que el sol cae detrás de la selva, los animales parecen soltarse todavía más y rondan las laderas de los montes, escapando del perímetro del parque nacional. Para ellos no hay límites; todo lo que tenga aspecto agreste es lícito espacio para la caza. Y en casos como éstos, cuando es tarde y tal vez el día no fue lo suficientemente generoso en presas, más aún.
El horario del atardecer es perfecto. Desde las terrazas de las pocas posadas que bordean la entrada a la reserva se ven algunos tigres husmeando entre los arbustos secos y grises. Pueden divisarse los pasos lentos, la serenidad y la paciencia, que a veces se transforma en decepción si la búsqueda de alimento no da sus frutos.
Este escenario se advierte en dirección norte, mientras del otro lado, el desierto de Rajastán estira sus colores áridos. Esos que reflejan la silueta de los camellos cargando las siembras de un campo a otro, o las que dibujan el andar ordenado de las ovejas a la vera del camino.
El Parque Nacional Rentambour representa uno de los más importantes orgullos naturales de India. Son más de 400 kilómetros cuadrados de una espesa selva que, por varias generaciones, vio crecer animales sin ser perseguidos por el hombre.
Esta vasta extensión que antiguamente era coto de caza elegido por marajás y reyes, devino con el paso del tiempo un sitio donde los felinos salvajes se acostumbraron tanto a los Jeeps que, por momentos, llama la atención verlos ocultarse tras los vehículos, mientras acechan a sus presas.

Monos a la vista

El parque Rentambour está a 132 kilómetros al sudoeste de Jaipur, la capital del Estado de Rajastán, el más importante en lo que hace al turismo. Incluso antes de llegar a la reserva, el viaje gana en matices cuando la ciudad queda atrás y la llanura desnuda se adueña del paisaje. Pequeños pueblos que se alistan a ambos lados de la ruta a Sawai Madhopur comienzan, entonces, a mostrar la cara de aquello que los pobladores llaman la verdadera India.
Las excursiones a la selva parten de madrugada, en pequeños micros sin techo o en camionetas 4x4 que alcanzan los lugares más recónditos.
Mientras los guías (no se puede entrar sin ellos) hacen los trámites necesarios, los visitantes quedan bajo la mirada de los monos. Sin vergüenza y con atención, contemplan el movimiento de las cámaras y los flashes.
Unas seis horas de safari son suficientes para cruzarse con osos, cientos de aves, búfalos, cinco especies de ciervos, tal vez pumas y tigres. La búsqueda de estos últimos, siguiendo con cuidado los rastros silenciosos que hablan en la tierra, representa la mayor de las emociones, fundamentalmente luego de descubrir las primeras huellas perdiéndose en el camino.
En las lagunas que se forman sobre las depresiones de los llanos descansan cocodrilos y garzas.
Con suerte, se ven llegar hasta la orilla manadas de animales a beber o a refrescarse del intenso día. Incluso, llegan monos en populosos clanes y hacen del sitio un escándalo que para los turistas es un espectáculo y para los demás animales, un fastidio.
Gracias a los numerosos documentales que allí se filmaron, el Parque Nacional Rentambour logró ser uno de los destinos más concurridos del país de Gandhi, si lo que se busca es turismo aventura.
Las posibilidades de contacto tan directo con la naturaleza salvaje hicieron que el lugar se transformara en uno de los más completos en infraestructura para viajeros.
Sucede que allí no hay mejor atracción que disfrutar de la vida silvestre. Desde los comedores, las habitaciones o bien en los miradores de los hoteles, la selva es la principal protagonista. Especialmente cuando el sol se oculta y los tigres desfilan ante los ojos atónitos de los visitantes, ofreciendo en este sector occidental uno más de los intensos y exóticos rostros que ofrece la India.

Datos útiles

Cómo llegar: el pasaje aéreo, de ida y vuelta, desde Buenos Aires hasta Bombay cuesta cerca de 1900 dólares, con tasas e impuestos incluidos.
  • Air India tiene vuelos diarios a Nueva Delhi o a Bombay. Desde allí, un avión hasta Jaipur (hay cada 3 o 4 horas) cuesta entre 40 y 70 dólares.
Transporte: si bien existen medios de transporte público hasta Rentambour, un taxi hasta la reserva cuesta alrededor de 30 dólares.
Alojamiento: cerca del parque nacional hay algunas posadas confortables, decoradas al estilo de los paradores de safaris. Una habitación doble cuesta entre 15 y 40 dólares.
Excursiones: las excursiones se contratan en los hoteles y cuestan entre 5 y 10 dólares en los ómnibus, y alrededor de 30 si es en Jeep.
Comidas: no hay restaurantes fuera de los hoteles.
Jorge Benedetti

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