CUZCO.- Casi empiezo a pensar que no son del todo humanos cuando me acerco a Freddy, en el almuerzo del segundo día, y le pregunto cómo se siente. "Estoy cansado", me dice, sin dudarlo. Me entero de que ese día era su cumpleaños número 25, y éste, su segundo Camino del Inca.
Freddy, al igual que sus otros seis compañeros, aprovecha la alta temporada para trabajar como porteador, un oficio de siglos, pero que desde hace pocos años fue reglamentado por el Instituto Nacional de Cultura y el Servicio Nacional de Areas Naturales Protegidas (Sernanp), regulando las condiciones laborales, desde el pago y el seguro médico hasta la cantidad de peso que puede acarrear cada uno, que no debe superar los 20 kilos.
Me horrorizo cuando Inca, uno de los más aguerridos y simpáticos, revela que mide 1,55 m y pesa 58. "Así es su vida -me explica Héctor, el guía-. Hacen este trabajo en temporada y luego vuelven a su pueblo, a trabajar sus tierras." Casi en su totalidad se dedican a la agricultura, cultivan papa y maíz, y sustentan a sus familias gracias a la venta y el propio consumo de estos alimentos.
Los soles extras los ganan levantando mochilas ajenas, y desandando los caminos que sus antepasados recorrían siglos atrás.
Wilbert es el cocinero en jefe, tiene 35 años y cuatro hijas. Hace más de 15 que realiza el mismo trayecto y su talento está en cocinar como los dioses a los grupos que hacen el Camino del Inca, y pueden sumar hasta 30 comensales.
Quizás él no lo sepa, pero cuando creí que esta caminata sería un trayecto íntimo y personal me equivoqué: sin ellos, que esperaban en cada punto de descanso con el campamento armado, una comida reparadora y sus eternas sonrisas de aliento, ni un pequeño tramo hubiera sido posible.
Es su sangre inca la que aún recorre los valles y las montañas con una agilidad asombrosa, pero no por eso menos sacrificada. Sin zapatillas último modelo ni equipos de marcas internacionales llevan los pies fuertes y curtidos al descubierto, apenas protegidos por sandalias de goma. Sus susurros en quechua, tímidos pero alegres, le dan vida a cada paso del trayecto, le devuelven su misticismo. Nos demuestran que siguen siendo ellos los héroes del camino, los verdaderos dueños de estas tierras sagradas.
EL REGRESO, CIEN AÑOS DESPUES
A pesar de todos los estudios arqueológicos, el imponente Machu Picchu sigue guardando un dejo enigmático. Recorrer la imponente ciudadela agrega interrogantes vinculados con la energía del lugar y el misticismo que hipnotiza a todo aquel que tiene la oportunidad de visitarla. En la provincia de Urubamba, departamento de Cuzco, en Perú, se sabe que fue construida en el siglo XV, durante el reinado del inca Pachacuti, alrededor de treinta años. Su impecable construcción es una verdadera obra de ingeniería, al igual que la red de caminos que conducía a ella, permitiendo un control absoluto de quienes ingresaban, y una vía de comunicación y administración eficiente. Allí habitaba una población selecta: nobles, sacerdotes, sacerdotisas y aspirantes al gobierno. Fue además, la sede educativa de los futuros líderes del imperio.
El 2011 es un año particularmente especial: se celebra el centenario del redescubrimiento de Machu Picchu por el arqueólogo y explorador norteamericano, Hiram Bingham. Entre los festejos programados, el más esperado es el que tendrá lugar en julio, cuando miles de piezas arqueológicas regresen a su lugar de origen, después de décadas de haber estado retenidas en la Universidad de Yale, Estados Unidos.
DATOS UTILES
Cómo llegar
LAN ofrece vuelos directos a Lima con conexión a Cuzco desde US$ 575.
Tarifas
Hay que reservar la caminata por el Camino del Inca, mínimo con tres meses de anticipación, ya que los cupos de entrada diaria son limitados. Incluye guía y la asistencia de porteadores, carpas y bolsas de dormir, todas las comidas y snacks, entradas al parque y regreso a Cuzco en tren Vistadome: desde US$ 580 en Cóndor Travel, www.condorviajes.com
Cuándo viajar
Entre abril y noviembre es la época seca, ideal y segura para la caminata. No obstante hay que estar siempre preparado para alguna lluvia que sorprenda en el camino.
Dónde dormir
En Cuzco, Casa Andina Classic Cuzco Plaza, desde US$ 142 la habitación doble con desayuno, www.casa-andina.com
Para una experiencia única posterior a la caminata se puede dormir a metros de la ciudadela en un lodge de lujo: Machu Picchu Sanctuary Lodge, desde US$ 1025 la habitación doble con desayuno, almuerzo, cena a la carta, minibar y bebidas, www.sanctuarylodgehotel.com