PUNTA DEL ESTE.- Son una generación conectada. No imaginan su vida sin aquellos dispositivos que los hacen sentir cerca, aunque estén lejos. Teléfonos celulares, IPod, notebooks, MP3, MP4, diminutas cámaras de foto digitales e incluso los IPhones, que aún no se comercializan en el país, salen de los bolsos playeros tanto de las chicas como de los chicos con toda soltura. Puede decirse sin temores que este verano la tecnología desembarcó con toda su artillería en las costas del Este.
Echada sobre la arena de Bikini, Pía Román, de 18 años, intercambia mensajes de texto con su mejor amiga que está en Buenos Aires y comparte un licuado con su hermana. Cada 30 segundos, un ringtone interrumpe el sonido del mar. La adolescente abandona su pose para responder con diligencia. Selecciona "send" y vuelve a retozar bajo el sol.
Unos metros más allá, un grupo de jóvenes que arañan los 25, alimentan su propio deseo de escuchar música con un IPod con parlantes diminutos, pero de gran alcance. Ellas bailotean el ritmo electrónico con cara de interesantes, siempre con el celular en la mano, como si esperaran una llamada de urgencia.
Los brasileños llevan su fiesta a cada metro cuadrado en el que se instalan. Frapera, tragos para todo el mundo y los infaltables IPhone en el que resumen en un pequeño equipo la necesidad de telefonía, reproducción de música, accesibilidad a Internet, cámara de fotos, entre otros. María es de Porto Alegre y vino de vacaciones con su novio Eric Neto. "El mío lo compré en Estados Unidos. Lo llevo siempre conmigo, me volví adicta a él", cuenta desde la playa de Montoya.
El vínculo con la tecnología es muy fuerte. Aunque este año no se ven tantas notebooks en los paradores de playa. Ocurre que los dispositivos más pequeños que permiten verificar el correo y acceder a Internet son mucho más portables y demandan menos atención. Así, las palms y los celulares con Wi-Fi, están en su mejor momento.
En cambio en los hoteles, por la mañana y por la tarde, los lobbies se pueblan de computadoras portátiles en las que los turistas se conectan para chequear que todo siga como debe a la distancia.
A pesar de que los locales de fotografía de Gorlero aún ofrecen rollos, prácticamente no se ven cámaras que no sean digitales. Y en eso de las cámaras, las adolescentes marchan a la vanguardia.
Según comentaron en el parador Movistar, casi todas las chicas que pasan sus vacaciones aquí guardan un diario virtual de sus vacaciones y suben a diario sus imágenes a sus fotologs para que sus amigos vean cómo la están pasando. Como para no quedar desactualizadas...
De una enviada especial