Mamá y papá arrancaron con los saludos mañaneros (cierta incomodidad atender el teléfono con el Chico durmiendo al lado, parecía esa escena de Bridget Jones) y después siguieron amigos y amigas y primas y más amigos que viven afuera y mails y casi lloro de la emoción.
Mis viejos vienen a almorzar conmigo porque a la noche no fueron convocados. "Solo amigos, nada de familia". En lo que va de la mañana tengo que hacer reservas porque me pasan a buscar 12.45 puntualmente. Están fascinados con el programa, sobre todo mi madre a la que le encanta "venir al centro" a hacer programas. Ya está todo listo para la noche, pizzas, bebidas, sólo falta ir a buscar las tortas (una de brownie con dulce de leche, una cheesecake y una que me trae una amiga, que es sorpresa).
El espejo me dice que sigo sin cambios notables (¿o será que uno deja de poder registrar que envejece?) y que conservo mi cara de adolescente mañanera que ya ahora hay que disimular con un poco de make up. El Chico no compró regalo, dice que no le di tiempo; y es verdad. Vamos a ir a comprarlo juntos mañana así que tengo que ir pensando. Supongo que tampoco me conoce tanto como para saber qué quiero.
Ganas de arrancar el día, ganas de llegar a la agencia y ver a los chicos, ganas de arrancar esta nueva etapa. Buen finde para todos. El lunes les cuento de los festejos!