Identidad de marca. Así fue nuestro segundo curso de verano

De la mano de una pregunta sencilla, Juan arrancó la clase con un debate: "¿Qué es para ustedes una marca?", preguntó, e invitó a las chicas a que aportaran sus definiciones. Cada una de nuestras asistentes opinó: "Inspiración", "Un estilo de vida", "Un conjunto de valores". Las definiciones fueron apareciendo tímidamente sobre el pizarrón del aula hasta que Juan ofreció una conclusión final: "La marca es un fenómeno complejo. Porque no es solo un nombre, trae aparejadas un montón de cuestiones emocionales", empezó, y el silencio se adueñó por completo de la clase, "Básicamente, una marca es un puente entre la razón y la emoción", agregó nuestro profe, haciendo referencia a todo lo que vende una marca, más allá de un producto o servicio: una experiencia.

Luego de un break, llegó el momento de la segunda tanda de tópicos: "¿Cuál creen que es el desafío más grande que tiene una marca?", les preguntó Juan. "Vender más", "Ser creíbles", decían algunas. "Todo eso es importante", coincidió el diseñador, "pero el verdadero desafío es trascender en el tiempo, dejar una huella", concluyó. A continuación, las chicas participaron contando ejemplos de marcas que creían que se habían adaptado bien a los cambios a lo largo de su historia. Todas eran marcas que no solo se aggiornaban y cambiaban a lo largo del tiempo, sino que ofrecían experiencias y valores más allá de sus productos o servicios.

Para bajar todos los concepos aprendidos, Juan animó a las chicas a realizar un ejercicio pensando en los atributos que debe tener una marca. Para esto, el profe les dio un nombre ficticio, "Voilá", y las condujo a que, en equipos, pensaran diferentes palabras que se identificaran con esa posible marca, cambiando los rubros según cada equipo (un restaurante, un spa, una marca de moda, etc.). Para facilitar este proceso de creación, aclaró que "los atributos de una marca son los pilares, los que la hacen reconocible y diferenciable a la vez. La identidad de marca se identifica por una manera de pensar, de expresar, de sentir y de hacer". Una vez hecha esta aclaración, las alumnas comenzaron a bajar a tierra los atributos de esta marca ficticia.

Durante casi dos horas, las makers estuvieron súper atentas y sorprendidas con los conceptos que transmitió el diseñador: qué es y qué no es tu marca y saber qué mantener y qué cambiar de ella a lo largo del tiempo fueron algunas de las propuestas que desfilaron en este último tramo del curso presencial.

Si, hasta acá, las makers sentían que las había invadido un verdadero tsunami de conocimientos, la ola final acercó los últimos aportes cuando Juan las impulsó a realizar un último ejercicio: crear un key visual. ¿De qué se trató esta propuesta? De bajar al papel los elementos, tipografías, paletas de colores que conforman la marca de cada una, un trabajo que realizan a diario todas las agencias publicitarias y que sirve de referencia visual para las distintas campañas, "es lo que hace reconocible a una marca en diferentes contextos", explicó.

Felices y con mucho conocimiento a cuestas. Así se fueron nuestras makers del segundo encuentro de verano. Una jornada que las invitó a repensar y rediseñar viejos conceptos marcarios para atreverse a correr sus límites.