La primera vez que fui espectadora de las charlas
TEDxRíodelaPlata supe que no sería suficiente con sentarme a escucharlas y esperar a que un sorteo determinara mi entrada. Quería estar en todas, empaparme de ellas y la mejor forma que encontré, fue ofrecerme como voluntaria. Durante los tres años siguientes participé con mi escritura y me aseguré el ingreso a cada evento, lo mejor fue poder aportar mi granito a esas jornadas llenas de inspiración. Si algo tenía claro en aquella época, era que nunca estaría en un escenario como ese.
¿Qué necesidad de estar tan expuesta? ¿Qué podría contar de mí? No, yo era la cronista de las historias ajenas, con eso era suficiente. Me formé como locutora, me preparé en el área de la comunicación, trabajo en radio y en eventos, pero me siento más cómoda cuando me ubico detrás de un teclado o en un estudio de radio.
Entonces, casi sin planificarlo, el viernes pasado me encontré en un escenario, y en una situación de exposición de esas que tanto evitaba... hasta ahora.
¡Y sobreviví! No fue una charla TED, pero fue lo más parecido que viví hasta ahora. Me convocaron para presentar a diez emprendedores que fueron destacados por el
Programa Nacional para Emprendedores Sustentables, el último encuentro del año organizado por el Ministerio de Ambiente en la Biblioteca Nacional. Y fue un honor participar como moderadora para conocer mejor sus startups, y escuchar las ventajas que tiene cada desarrollo, varios de ellos vinculados a las energías renovables. Desde juguetes con materiales plásticos reutilizados, a casas también de plástico, fáciles de armar y transformar, resistentes al agua. Desde
jabones ecológicos hechos con aceite usado de cocina, que se transforma en una fuente laboral para comunidades vulnerables, a hormigón y
módulos de aserrín mineralizado que queda como residuo de la industria forestal y que puede reemplazar a los ladrillos en la construcción.
En un intervalo entre emprendedores, me llegó el turno de contar algo de mi historia, y de por qué estaba en ese lugar.
Mi nombre es Karina Ocampo. Soy locutora y periodista free lance, trabajo en varios medios, pero no siempre fue así. Hace seis años aproximadamente trabajaba en una empresa de contenidos para celulares, estaba cómoda, cumplía mis horarios, tenía mi sueldo a fin de mes, estabilidad laboral, pero sentía que me faltaba algo. Al periodismo me dedicaba casi como un hobby, una actividad complementaria, algo que hacía antes de dormir, pero el trabajo era el que cumplía en ese horario de oficina.
Hasta que un día, estaba leyendo un blog que me gustaba leer cada tanto, que se llama
Orsai, y la persona que lo escribe, Hernán Casciari, contaba que iba a emprender un proyecto personal, un sueño, porque estaba llegando a los cuarenta años y quería
matar la crisis a volantazos, entonces iba a dar un gran volantazo e iba a hacer una revista cultural única, que se iba a distribuir de una manera original, a través de la financiación de los propios lectores, no iba a tener publicidad, la iba a hacer él con su amigo de la infancia, Chiri.
A mí me impactó mucho una persona que pudiera concretar su sueño de esa manera. Me costó terminar porque se me empañaron los ojos y empecé a llorar. Ese sueño me enfrentó a mí con mis propios sueños, esos que estaban postergados. Me hizo pensar que no era ese mi propósito, que lo tenía que buscar en otro lado, entonces me sacó de mi zona de confort. Al tiempo renuncié, empecé a trabajar para Hernán Casciari, hice talleres, crónicas, ficción, empecé a buscar mi camino, me relacioné con gente que me aportó, y de uno de esos talleres surgió un post que presenté en la web de Revista Ohlalá. Hace tres años que tengo un blog que se llama
La vida en verde, donde escribo mis experiencias como vegetariana pero también me vinculo con gente de Ambiente, de la ecología, gente que se ocupa de mejorar el mundo. Y yo me ocupo de darle difusión a eso, porque creo que es la mejor manera que tengo de aportar. A su vez empecé a trabajar en la radio
Ensalada Verde, que es una radio online donde promovemos un estilo de vida consciente, donde damos la voz también a esas personas que quieren hacer algo por la naturaleza, por el entorno, por la gente.
Entonces mencioné algunas de las cosas que aprendí gracias a este recorrido, y que publiqué acá, entre ellas:
-el movimiento
Slow Food, y la comida como acto político.
-el concepto de Gunter Pauli, y su
Economía Azul con modelos de negocios basados en los ecosistemas naturales, y aprovechamiento de los recursos que se consideran basura.
-Las palabras de
Jane Goodall, especialista en comportamiento animal, que a pesar del cambio climático, tiene esperanzas en el futuro, y en la tecnología creativa, para poder vivir en un mundo en armonía.
-El impacto de una sola persona,
Nicko Nogués, el activista creativo que fundó “Miracle”, la primera agencia de bondad que se enfoca en lo social y en lo sustentable con el objetivo de generar acciones que tengan un impacto verdadero más allá del consumo.
-Y el discurso del
Dr. Ervin Laszlo, acerca de cambiar nuestra forma de relacionarnos:
"Tenemos que recuperar esa intuición de que la inteligencia de la humanidad era cierta. Tenemos que mejorar a través de nuestro aporte, el mundo ya está cambiando, hay un nuevo despertar, es importante saber que la ciencia está demostrando esto, con fundamentos científicos, somos todos uno".
Mi mensaje para los emprendedores sustentables es que están en el camino correcto, que sigan porque me dan motivos para escribir, difundir y ser un canal para otras personas. Que hay un nuevo perfil de personas con una conciencia que se despierta ahora, una sola conciencia, unida.
Esto fue parte de lo que dije el viernes pasado. Y me viene genial compartirlo casi en el cierre de año para hacer un pequeño balance sobre lo que aprendí en este tiempo. No tengo un registro de la cantidad de personas que leen lo que escribo, a veces creo que son pocas y a veces me sorprenden mails con pedidos o agradecimientos. Yo siento una satisfacción enorme por haber encontrado mi propósito a través de este espacio, que se relaciona con otros y que se expande. Tal vez mi próximo desafío sea reinventarme, mejorar la forma de comunicar para llegar a más personas. Pero creo que escuchar o leer ideas inspiradoras puede cambiarnos la vida. Lo que me pasó a mí, le pasa a mucha gente que ya no puede pensarse si no es en relación con los demás y con la naturaleza, y que lo que hace debe ser coherente con lo que piensa, dice y siente. Conectar las palabras con la cabeza y el corazón es la única forma de relacionarnos, de verdad, con los demás.
Agradezco a toda esa red de personas que me guían y ayudan a conocerme mejor, a superar pruebas, enfrentar miedos, y ver de lo que soy capaz.
Gracias a ustedes, lectores y generadores de este blog.
Me encantó tener la oportunidad de entrevistar a una persona que admiro, que es
Elena Roger, que habló sobre su relación con la sustentabilidad a través de la construcción, junto a su marido Mariano Torre, de Nave Tierra.
Felicitaciones a Darío Cordes, de
SIMACON, que fue el embajador
PROESUS 2016 y a cada uno de los emprendedores con buenas ideas que se ponen al servicio de algo más importante que ellos mismos. Y a quienes que trabajan en el
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y en
Ideas Factory para que programas como este sean posibles.