Newsletter
Newsletter

José Ignacio no descansa

A pesar de que los habitantes quieren la tranquilidad, muchos esteños se desplazan a este pueblo de pescadores, cuyo faro es la insignia del lugar. No hay hoteles, sólo casas para alquilar, que están 20 por ciento más caros que en 2006




JOSE IGNACIO.- Aquí sólo corre el viento", dice el cartel a la entrada del pueblo.
La leyenda es, al mismo tiempo, una cálida bienvenida y una severa advertencia: nada de corridas ni de ansiedades, se acaba de ingresar en una nueva dimensión, una dimensión en la que el tiempo se detiene para siempre.
A pesar de que está a sólo 40 kilómetros de Punta del Este, José Ignacio parece mucho más alejado de lo que marca la distancia física. Porque aquí las callecitas son de tierra; porque la velocidad máxima para circular es de 30 km por hora; porque a nadie se le ocurriría ir más rápido y porque, a pesar de que en los últimos 20 años creció exponencialmente el número de casas -algunas, verdaderas mansiones- aún conserva el espíritu de un pueblito de pescadores.
Pero en algo coinciden Punta del Este y José Ignacio y es en que sus playas se dividen en la Brava y la Mansa. La Brava, a la izquierda del afamado faro, es, al igual que en el balneario esteño, la que concentra la "movida", si es que aquí cabe esa expresión.

Para todos los gustos

En realidad, lo más exacto sería decir que es la que atrae a los patrocinadores. Este año, por ejemplo, se instaló Personal Beach, frente al restó La Huella, que ofrece una agenda de actividades que combinan buena música -pasado mañana tocará Zeta Bossio- relax y masajes frente al mar.
Del lado de la Mansa, a un kilómetro de la rotonda de la entrada al pueblo, está el parador Setai (próximamente habrá un exclusivo hotel cinco estrellas de 20 habitaciones), donde la empresa Infinit tiene un mirador para admirar las puestas de sol ayudado por unos modernos telescopios. "Acá no hay grandes eventos, las actividades las origina cada uno", explica Soraya, una habitué que se confiesa enamorada de estas playas.
Es cierto: la postal más vista es la de un padre jugando a la paleta con su hijo, enseñándole a surfear o a tirarse por los médanos con la tabla de sandboard. "Siempre se caracterizó por ser un lugar tranquilo, para descansar. A tal punto de que no hay boliches donde ir a bailar y todo cierra a la medianoche. La Junta del Faro frena muchos proyectos porque quiere preservar el alma del lugar. No somos amantes del ruido. Como dice el cartel, acá sólo corre el viento", comenta Soraya. La pregunta es hasta cuándo será posible sostener tan valiosa premisa.

Más caro

Por ahora en José Ignacio no hay hoteles; sólo tres posadas de pocas habitaciones conforman toda la oferta de hospedaje sacando, claro está, las casas que hay para alquilar.
Alojarse en la Posada del Faro cuesta entre 130 y 360 dólares la noche. Por ser un balneario tan exclusivo, los precios son entre un 10 y un 20 por ciento más caros que en Punta del Este.
"En realidad, lo que pasa es que toda la oferta gastronómica y hotelera es excelente. No hay opciones más económicas como en Punta del Este, donde encontrás lugares más baratos. Acá todo es de primera", explica Carla Bottini, una turista esteña que vino a pasar el fin de semana. Por algo los chefs más importantes quieren tener su restaurante acá. Francis Mallman es uno de ellos, con La Cocina de los Negros.

Mucho más caro

Las inmensas y bellísimas playas de este balneario son más caras que las más top de Punta del Este.
Un dato: los precios para hospedarse son entre un 10 a un 20 por ciento mayor que en La Barra, por sólo citar un lugar
Por Laura Reina
Enviada especial

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP