La semana pasada, mi amiga Luchi (y bloguera vecina) me contó que, cuando era chiquita, jugaba a casarse . ¿Ustedes jugaban? Yo nunca pero nunca en la vida jugué a eso, ¡no se me ocurrió!
Yo era maestra, o presentadora de televisión, jugaba a "Chiquititas" o a "Jem & The Holograms", que era el mejor dibujito del mundo. Se trataba de una banda toda de mujeres. La cantante, Jem, era la manager, Érica, pero proyectando un holograma, entonces todos la veían diferente. El novio, a todo esto, no sabía que Érica era Jem, y gustaba de las dos y un poco les metía los cuernos a las dos con ellas mismas. Incestuoso.
En fin, me parece que mis juegos eran todos más musicales. Me acuerdo que en el colegio también jugábamos a "Hola Susana!", y yo siempre era alguno de los susanos. Y con las hijas de mi padrino jugábamos a Madonna, y actuábamos los videos de "Material Girl" (yo siempre era uno de los chicos de traje, Madonna era Euge porque era rubia, y más grande).
Bueno, todo esto para decir que nunca jugué a la novia. Según Luchi, el juego consistía en, básicamente, disfrazarse con sábanas y fundas de almohadas en la cabeza, y cantar chan chan cha chan mientras caminaba despacito . Me parece genial, desarmar todas las camas y arrastrar las sábanas por el pasillo a modo de cola. Y si se puede tirar arroz me resultaría aún más divertido.Les dejo un video de Luchi que muy amablemente se ofreció a mostrarnos cómo se juega.
¿Ustedes jugaban? ¿Cómo lo hacían?
Yo no lo habré hecho de chiquita pero les digo que todo esto de probarse vestidos, ver zapatos, probar peinados y hacer flores de papel (y filmar videos y contarles a ustedes cada paso) es un poco como jugar a la novia, ¡y es muy divertido! Atrás quedaron los días en los que no encontrábamos salón y que organizar el casamiento me daba estrés.
¡Feliz lunes!
Sofi
@sofiorsay
PD: Estos días estuve en silencio twittero porque me fui a Uruguay y no tenía Internet en el celular. A todo esto la pasamos genial, dormimos y comimos pizza de Mirta (la abuela de Nacho hace pizza casera increíiible), y vimos amigos y comimos chivitos.
PD2: Detalle que vale la pena relatar: Nacho tiene el documento roto, y nunca lo renueva. En fin, cada vez que viaja a Uruguay se chamulla a las chicas de migraciones, que le dicen, bueno pasá por esta vez, la próxima no, eh, tenés que ir a renovarlo. Ayer, lo volvió a hacer conmigo al lado, y a todo esto, la chica ya había terminado con él y estaba con mi documento, y ¡él le seguía hablando! Cuando nos fuimos, con aire resignado, le dije: "Pipi, ¿no es más fácil renovar el documento antes que levantarte a las de migraciones?", y saltó a decir que no se las levanta, sólo conversa, que está bien charlar con la gente, que genera empatía, que bla y que bla. Así que nos reímos un poco y después, en el barco, jugamos sin parar a zombies vs. plantas, que hemos descubierto que es muy adictivo.
PD3: Ah, si tu hijo tiene alrededor de 10 años, se llama Pato y estaba anoche en el Colonia Express, sabé que Nacho y yo (y me imagino que el resto de los pasajeros) un poco te odiamos. Pato nos quemó la cabeza a todos los pasajeros con sus gritos eternos. Y se sacó las zapatillas y vos no le dijiste nada y había olor a queso. Mal vos.
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