
Como sólo sucede en unas pocas ciudades medievales de Alemania, en Wolfenbüttel (Baja Sajonia), una antigua ciudad residencial, el pasado interactúa con el presente y el futuro permanentemente, mientras la historia se narra en la arquitectura de sus casas. Son más de 600 de entramado de madera amorosamente restauradas. Detrás de esas paredes históricas, en tanto, se encuentra una ciudad palpitante de vida y oferta cultural.
Famosa por su licor de hierbas Jaggermeister, además de los tesoros arquitectónicos, Wolfenbüttel cuenta con un rico patrimonio cultural con nombres como los de Lessing, Praetorius y Leibniz. Fue tradicionalmente la ciudad de la investigación y la ciencia, y hasta el día de hoy ofrece una excelente infraestructura para la investigación innovadora. Con su alta calidad de vida, Wolfenbüttel es la ciudad residencial preferida en la región.
El mayor tesoro de la ciudad es la Biblioteca Augusta, una magnificiencia del protestantismo que fundada en el siglo XVII llegó a ser la biblioteca más grande del norte de los Alpes. Entre sus colecciones figura uno de los mayores inventarios de libros que abordan la historia de la literatura alemana de los siglos XV al XVII. Casanova fue uno de sus usuarios asiduos y Lessing trabajó en ella como bibliotecario. El prestigio de esta biblioteca ha llegado hasta el punto de haberse convertido en centro de investigación internacional.
Se llega fácilmente desde Hannover en ómnibus y recorrer la ciudad, incluyendo la bibilioteca, toma un día. Si andan cerca no se la pierdan.
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