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La carrera de Luciano Bonfico




Las historias de superación suelen llamarnos la atención. La de Luciano Bonfico lo transformó en una figura conocida en el ámbito de la alimentación consciente. Cada uno de sus movimientos es celebrado en los cientos de comentarios que pueblan las redes sociales, ahí se multiplica el agradecimiento. ¿Pero qué hace? ¿Por qué despierta tanto entusiasmo? La primera vez que supe de su existencia fue a través del programa de radio Ensalada Verde Su conductor, Sebastián Delfino, me contó que era un hombre que estuvo al borde de la muerte.
Después de varios meses de seguirlo en Facebook, conocerlo por fotos, publicaciones y cruzarlo en algunas ferias y eventos de nutrición, me pareció que era el momento de compartir su historia con ustedes, aunque ya había mencionado su caso en otro post. Por eso viajé con mi inseparable amiga Pao hasta Del Viso, para charlar con él uno de los sábados más calurosos de los que tengo memoria. Nos abrió las puertas de su casa y tuvimos la oportunidad de ver con nuestros propios ojos el trabajo de una persona que cambió su cuerpo y sus pensamientos.
En diciembre de 2011, Luciano Bonfico fue internado en terapia intensiva. Había llegado a pesar 150 kgs, tenía la glucosa por las nubes, 500 mg/dl, cuando lo normal en ayunas es de 70 a 100 mg/dl. Le diagnosticaron diabetes Tipo 2. Tenía 35 años. Desde los 18 que vivía solo y había elegido ser vegano, pero le preocupaba más cuidar a los animales que a su cuerpo. Y el trabajo sedentario en una concesionaria de autos, no había ayudado, tampoco le encontró la vuelta a las tareas del campo, nada lo llenaba. La comida era su refugio, una forma de anestesiarse. Se sentía aislado, lo que desembocó en una creciente depresión. Entonces la diabetes le avisó que estaba haciendo las cosas mal, pero le dio una oportunidad para volver a tirar las cartas.
Apenas salió del hospital se impuso un cambio. Era inevitable, había que ponerle voluntad. O se trataba como enfermo incurable, según la medicina tradicional, o elegía creer en otras corrientes, como la del Doctor Gabriel Cousens, http://www.revistaohlala.com/1727710-el-arbol-de-la-vida referente en el tema, quien dice que es posible curarse a través de la alimentación crudivegana.
Luciano Bonfico eligió dejar las harinas, las gaseosas, los jugos artificiales, los fritos, los procesados. Su alimentación tiene como base las frutas y vegetales crudos. Muchos carbohidratos y pocas grasas. Una vez superada su adicción por la comida y el período de abstinencia, que en su caso duró cerca de dos o tres meses, se empezó a sentir mejor. Mientras perdía peso fue también importante la actividad física. De a poco, soltó los 70 kgs que le sobraban. Primero caminaba dos cuadras, al mes un kilómetro, y era un logro para él, que se agitaba al agacharse para atar los cordones de las zapatillas. Cuando bajó la barrera de los 100 kgs. se animó a correr una cuadra, después otra más, hasta llegar a correr más de 50 kms. en la maratón de Los Andes.
En la huerta orgánica. Foto: Paola Alcaraz.

En la huerta orgánica. Foto: Paola Alcaraz.

Unas semillas de calabaza que eligieron su lugar.  Foto: Paola Alcaraz.

Unas semillas de calabaza que eligieron su lugar. Foto: Paola Alcaraz.

Lechuga morada para compartir. Foto: Paola Alcaraz.

Lechuga morada para compartir. Foto: Paola Alcaraz.

Mañana estarán maduros. Foto: Paola Alcaraz.

Mañana estarán maduros. Foto: Paola Alcaraz.

Tres años después
Hoy Luciano Bonfico es una persona alegre, vital. Cuesta creer que en poco tiempo se convirtió casi en otra persona, la mitad de lo que era. Las fotos están como prueba. Nunca imaginó que al compartir su testimonio en las redes sociales tanta gente se sentiría identificada y movilizada. Armó una página de Recetas Crudas que hoy tiene casi 76 mil miembros, después vinieron los grupos en los que plantea desafíos de alimentación. Tiene un grupo vegano de running con el que comparte sus experiencias y la motivación para salir a correr, es lo que más le gusta, una responsabilidad que le genera endorfinas. Cada vez más gente empezó a consultarlo, él buscó la manera de ayudarlos, a través de su experiencia.
-Como no existe una carrera de nutrición natural, hice talleres y cursos, algunos por internet, otros personalmente, como los de alimentación viva. Aprendí leyendo libros y también con la práctica, experimentando con mi propio cuerpo. Hay un poco de intuición: si nos fijamos en la naturaleza, los animales solos saben dónde pueden conseguir alimento y dónde no, nosotros somos animales también.
Luciano brinda asesoría nutricional, da nociones básicas sobre los nutrientes de los alimentos, pero tal vez lo principal es que su ejemplo contagia las ganas, la gente que lo escucha es la que busca maneras de sentirse bien. El testimonio del cambio forma parte del libro de Pablito Martín y Pablo de la Iglesia, ¡Detené la Diabetes! También participa con sus ideas y recetas crudas en los programas de radio de Claudio María Domínguez, y se lo puede escuchar los viernes a las 10 de la mañana en Ensalada Verde Cuando deja de correr, escribe una columna en El diario de la Salud que se reparte en todos los quioscos del país. Para el próximo año tiene la propuesta de escribir un libro junto al Pablo de la Iglesia. Creó el Centro Crudivegano Argentino para recibir gente que quisiera compartir una jornada en un lugar lindo, comer alimentos de la huerta, disfrutar un momento de tranquilidad, y aprender a hacer recetas de alimentación viva junto a otros invitados (cocineros y entrenadores) que brindan apoyo y conocimiento. Cada tanto recibe críticas a su estilo de vida, que también se encarga de responder, sabe que el tema resulta complejo para muchas personas.
-Yo pienso que puedo ayudar y lo hago. Siempre aclaro que no soy médico ni nutricionista pero puedo ayudar desde mi experiencia.
-¿Qué fue lo primero que notaste que cambió?
-Yo frutas comí siempre, pero habré eliminado de mi alimentación el 90% de lo que venía comiendo, que me estaban matando. El principal cambio que me dio esta alimentación fisiológica fue vitalidad, me ayudó a depurar, me mejoró la autoestima, inclusive mis emociones. Me ayudo a soltar cargas emocionales. Yo pienso que ahora me relaciono mejor con las personas, no soy tan cerrado. Cambié las relaciones tóxicas, porque yo creo que no existen las personas tóxicas, como dicen. Todos tenemos nuestro lado tóxico o no, pero de nosotros depende si queremos sacar lo mejor de nosotros o lo peor. A veces hay personas que nos sacan lo peor de nosotros, pero no es culpa de esa persona, sino nuestra, de querer estar en ese entorno o ese ambiente. La opción es elegir el propio ambiente o crearlo. Así conocí gente deportista, grupos de running, personas que se alimentan de forma más saludable. Fui a talleres, cursos, eventos relacionados a una forma de vida acorde a lo que hago ahora.
-¿Hubo lecturas que te ayudaron?
-Es interesante todo lo que tiene que ver con el higienismo, la trofología, que habla de lo que es la combinación de los alimentos. La dieta ochenta, diez, diez, que es del Doctor Graham, que habla de 80% carbohidratos, 10% de proteínas y 10% de grasas. Habla de la importancia de comer mayor cantidad de carbohidratos. Es muy interesante. Pero no sirve de nada leer si después uno no lo pone en práctica. Las lecturas no te dan la voluntad, lo importante es escuchar a tu cuerpo. Cada uno sabe lo que le hace mal y lo que le hace bien. Yo pienso que cuanto más simple, más natural, es más saludable. Comer frutas y verduras, para la cantidad de actividad física que hago yo, por ahí hago un almuerzo y como cerca de diez bananas, y son mil calorías, pero después voy a correr y las quemo. Capaz una persona que lleva una vida sedentaria no podría comer la cantidad de frutos que como yo. Por eso se tiene que adecuar la alimentación al estilo de vida que se lleva.
-¿La glucosa de la fruta no te puede perjudicar? ¿Por el tema de la diabetes?
-El azúcar es el mejor combustible que tenemos, el problema es cuando llevamos una vida sedentaria, o los azucares refinados, o alimentos cocinados. Yo pienso que en mi caso no, porque revertí la enfermedad. El problema de la diabetes es que el páncreas deja de producir insulina. Entonces, si mi páncreas se curó y está produciendo insulina, no tengo problemas en consumir azúcar. El problema es cuando las personas comen otras cosas: carne, leche. Ahí sí, al consumir fruta se hace una fermentación porque los otros alimentos que generan una toxicidad que hace que se enfermen. Entonces esas personas tienen que depurarse y después empezar a consumir grandes cantidades de frutas, o tener un estilo de vida crudivegano. No digo en todos los casos, porque cada cuerpo es diferente. Pero según muchos de los testimonios de gente que me escribió, les dio buenos resultados. Gente que tenía diabetes o glucosa alta y pudo revertir la enfermedad.
Luciano Bonfico explica que uno de los mayores problemas cuando se generan las enfermedades es que la sangre está acidificada y el cuerpo lleno de toxinas. Las emociones, en ese aspecto, juegan un papel importante.
-Tenemos la opción de vivir enfermos, intoxicados o alimentarnos saludablemente. Hay gente que se enferma por estrés, por angustia, depresión. Todo potenciado con la alimentación, está todo relacionado. En cuanto uno se siente mejor desde lo emocional, con vitalidad, empieza a hacer actividad física. La comida es una sola parte, si la persona es rencorosa, envidiosa, y todo lo que genera una vida triste, por más frutita que coma no va a pasar nada.
Con su inseparable Mapache. Foto: gentileza Luciano Bonfico.

Con su inseparable Mapache. Foto: gentileza Luciano Bonfico.

En la foto se ven rolls de alga nori con vegetales de hojas verdes + manzanas y otra variedad con vegetales de hojas verdes + quesito de almendra. Acompañado de una ensalada abundante de hojas verdes y tomates, y otra de tomatitos cherry con perejil y apio. + Kefir de limón.
Una cuestión de respeto
Luciano Bonfico cree que hay que respetar la naturaleza de cada especie, también las elecciones, como por ejemplo si deciden comer carne. No cuestiona ni a su familia ni a los amigos que lo siguen haciendo, pero se alegra porque su papá hizo algunos cambios de hábitos, consume leche de alpiste, jugos verdes y a veces le manda mensajes para consultarle acerca de los ingredientes de los productos.
-El día de mañana si tengo un hijo no le voy a imponer que sea vegetariano, eso será una elección de él. Obviamente desde el amor lo voy a educar de la forma más saludable, que creo que es lo que estoy haciendo yo, pero si quiere otra cosa lo voy a respetar.
Durante un año Luciano se midió la glucosa en sangre y siempre le daba siempre normal, 90, 95 mg/dl. Después ya no se midió más. Igual se hace chequeos cada seis meses donde verifica que esté todo normal, tampoco cuenta calorías aunque las usa como herramienta para que lo entiendan, pero pasa a ser secundario si está sano. Con respecto al famoso tema de la vitamina B12, que es el que preocupa más a los veganos, dice que es controvertido.
-Lo que produce la B12 son las bacterias. Generalmente dicen que para los veganos es difícil conseguirla porque se encuentra en la carne y en los productos de origen animal, pero si nos alimentamos de algo orgánico, las bacterias están en la tierra. Si no, ¿cómo hacen los animales herbívoros para obtenerla? El tema es que para absorberla, el organismo tiene que estar limpio, por eso es importante depurarse. A mí me ayudó muchísimo una alimentación fisiológica. Para otras personas puede resultarle útil un suplemento natural de B12 que es de venta libre en las farmacias. No me parece mal que alguien consuma eso si tiene una carencia, para mi es menos cruel con los animales, y menos tóxico.
-¿Podrías dar un mensaje a las personas que quieren cambiar?
-Primero quererse a uno, cuando empezamos, es la mejor manera. Tener confianza, mucho amor, después lo demás viene solo. Empezar a cuidarse, hacer las cosas paso a paso, es mejor hacerlas de manera gradual, ir dejando las cosas que nos dañan de a poco. Cada uno tiene que escuchar su cuerpo. Una persona que come carne, leche, huevos, y que quiere hacer un cambio le diría que puede dejar primero la carne, después los lácteos, los huevos y las harinas, que es lo más difícil. Un consejo para las personas que tienen que dejar las harinas es que coman alimentos que si bien no son crudos, son carbohidratos, que pueden ser papas hervidas, arroz, lentejas, que no son altos en grasas y ayudan a calmar la ansiedad por las harinas. Verduras al horno, batatas al horno con morrón, zanahorias. Eso va a ayudarlos a dejarlas. También saliendo a hacer actividad física, oxigenándose, la comida pasa a segundo plano. Yo me acuerdo que manejando hasta mi casa iba pensando qué iba a comer, y ahora no, como porque necesito nutrirme para vivir, no necesito buscar placer en la comida, es un placer efímero, disfrutar algo rico cinco minutos y las consecuencias son para toda la vida. Pero hay que animarse, ir perdiendo el miedo.
Con la remera de Recetas Crudas, haciendo mimos a Hienita. Foto: Paola Alcaraz.

Con la remera de Recetas Crudas, haciendo mimos a Hienita. Foto: Paola Alcaraz.

A pocos kilómetros, feria solidaria de La Aldea. Foto: Paola Alcaraz.

A pocos kilómetros, feria solidaria de La Aldea. Foto: Paola Alcaraz.

¡Gracias Luciano por la entrevista! Más allá de que compartan o no su manera de pensar, espero que les resulte útil conocer sus ideas sobre alimentación y puedan reflexionar acerca de lo que eligen consumir. Si les gustó, pueden visitar su grupo de Recetas Crudas y conocer más detalles y propuestas de alimentación.
Otro agradecimiento especial a Pao Alcaraz de APA Producciones.
Yo me despido hasta el próximo post. Me encuentran enkariuenverde@gmail.com.
¡Abrazos!
Kariu
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