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La dieta flexible




¡Hola! ¿Cómo están? Yo muy contenta por los comentarios del último post. Me encanta tener este intercambio con ustedes y que además aporten ideas y recetas.
Hoy quiero contarles el caso de otro periodista al que no tengo el gusto de conocer, y su propuesta de alimentación.
De todas las clasificaciones que existen, si partimos desde el veganismo más extremo, en la otra punta se encuentra una opción para las personas que quieren dejar de comer carne pero a las que se les hace difícil resistir la tentación: los "flexitarianos" o "semivegetarianos" son aquellas personas que hacen una dieta que incluye animales en pequeñas cantidades o en determinados días.
Ese es el caso de Graham Hill, un periodista que dio una charla TED en 2010 que se iniciaba con esta pregunta: ¿Cómo es que, sabiendo lo que sé, todavía no soy vegetariano?
La respuesta era muy fácil, aunque tenía un interés ecologista y se consideraba un green guy que se ocupaba de crear propuestas sustentables para la vida cotidiana, no soportaba la idea de planificar una última hamburguesa. Entonces planteó una salida elegante a su dilema moral: comería carne sólo durante los fines de semana. Lo que para muchos es debatible, para el periodista funcionó y hasta escribió un libro sobre el tema.
¿Es de verdad un cambio ecológico significativo? ¿Se lo puede considerar vegetariano?
Graham Hill es canadiense pero vive en Nueva York. Como parte de la sociedad de Estados Unidos, donde el consumo de carne es preocupante, que una persona lo reduzca de esa manera -y cuente los beneficios- puede promover el cambio: "si todos comiéramos la mitad de la carne sería como si la mitad de nosotros fuésemos vegetarianos", concluye el periodista. Muchas personas tildan de hipócrita esta elección y desde algunos grupos vegetarianos la juzgan con dureza. Como habrán notado, no soy de esas personas. Me enfoco en un caso particular para contarlo pero intento ver la generalidad. Si se trata de cuidar los recursos del planeta, el flexitarianismo es una alternativa interesante. Las cuestiones éticas quedarán en la conciencia de cada uno. Tal vez para quienes tomen la decisión sea un paso en la transición hacia la dieta vegetariana. Otros se quedarán cómodos así.
Quiero destacar que además de esta charla, Graham lleva sus ideas de sustentabilidad por el mundo y tiene proyectos para reciclar basura, construir casas ecológicas y dejar atrás el consumismo con el ejemplo que aplica a su propia persona de vivir mejor con menos cosas. No siempre fue así, él cuenta enesta notaque después de ganar bastante dinero al vender su consultora de Internet a finales de los 90, compró una casa enorme y lujosa en Seattle con toda la tecnología a su disposición y se dio el gusto de tener un Volvo. Pero entendió que esas cosas lo estaban consumiendo a él, que requerían de su tiempo y energía, que ocupaban espacio metal. Eligió desprenderse de ellas y quedarse con lo básico, un proceso que le llevó varios años en los que conoció el amor y viajó con ella por varios países, se alojó en lugares pequeños y hasta vivió en Buenos Aires durante un tiempo. Y fue más feliz.
Graham Hill según New York Times

Graham Hill según New York Times

El caso del periodista-emprendedor es interesante para analizar cómo las elecciones de las personas pueden modificarse según lo que les ocurre pero también sobre cómo aprenden de aquello que les ocurre. El artículo del New York Times termina con una idea hermosa: "Mi espacio es pequeño. Mi vida es grande".
El martes les hablé de las sugerencias de Tomás Linch. Una de ellas, para evitar comer tantos snacks adictivos y lo que contienen, es preparar nabos en ensaladas. Nunca compré nabos en la verdulería y más allá de que me resulte gracioso (¿a quién se le habrá ocurrido que podían funcionar como insulto?), voy a probarlos.

Él recomienda dos opciones:
-Cortar rodajas finas y condimentarlas con aceite de oliva, salsa de soja y mucho limón.
-Rallarlos en ensalada con zanahoria y remolacha.
¿Conocen otras maneras de prepararlos? Dicen que fritos quedan muy bien.
Por lo que leí, el nabo es genial. No contiene tantas calorías como la papa, tiene bajo contenido de hidratos de carbono y es buena fuente de fibra. Aporta vitamina C y B9 y, en menor cantidad, vitaminas del grupo B (B6, B3, B1 y B2).
Sus vitaminas funcionan como antioxidante y en la formación de colágeno y los folatos (B9) intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.

Comer nabos. Mi especialidad.
Ahora se vienen los avisos parroquiales:
El viernes 21 se hace una nueva edición de Sabe La Tierra Nocturno en Tigre. A partir de las 18:00 se puede asistir y disfrutar de platos ricos y talleres gratuitos.
Habrá música, comida para degustar y también cocinarán el actor y músico Nicolás Pauls y el director de cine Eliseo Subiela. En Sáenz Peña 1400, entre Albarellos y Sarmiento (a dos cuadras del Puerto de Frutos y a siete de la estación de tren de la línea Mitre).
Este fin de semana "Buenos Aires Market" estará en mi barrio. El sábado 22 y el domingo 23 de marzo, la Feria de Alimentos Sustentables llegará al Parque Rivadavia y es una buena ocasión para acercarse, degustar y comprar alimentos orgánicos.
¿Tienen planes para este fin de semana largo? ¡Feliz otoño! ¿Se van a algún lugar? Espero que disfruten el tiempo libre y también el trabajo.
Beso grande.

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