-¿Se casa Lau, te conté, ¿no?
El Chico me mira, manda sonrisa seudo interesada con levantada de cejas que dicen: "Ah, mirá vos. Y terminemos con esta conversación que no me puede interesar menos".
Estoy tentada de seguirla, de decirle que me gustaría que muestre más interés en el tema, de preguntarle si tiene algo en contra de que la gente se case, del por qué de su espantosa cara de nada, de explicarle que para mí el casamiento de Lau sí es importante y que yo algún día también me querría casar y preguntarle qué piensa del tema y que, y que...
-El martes creo que como en lo de los viejos y voy a aprovechar para buscar mi ropa de invierno porque la voy a pasar mal con estos fríos, no tengo ni un sweater...
Cambio radicalmente la conversación porque ya me conozco cuando estoy a punto de arruinarlo todo.
A la noche nos colgamos viendo esa de How to lose a guy in 10 days y en silencio hago recuento de las veces que he perdido un tipo hasta en menos que 10 días. Sin embargo, Kate y Mathew se quedan juntos sin importar a cuántos desastres la mina lo someta, como que triunfa el amor... O mejor dicho, que cuando el amor es posta no importa cuántos desastres te mandes, ¿no?
-Hiciste bien en cortarla ahí, nena. Un poco de estrategia, che, lo mínimo indispensable...proteger al otro del chifle propio. Si el pibe no tiene ganas de hablar de casamiento, la cortás ahí, nada de atorarlo con esos temitas. Los pibes le rajan a esas cosas. Hay que hacer que caigan solitos, como que los mueve una gravedad distinta al resto de planeta. A vos la ficha te cae en 7 meses, bueno a los tipos les lleva más. Otra gravedad...
Mara y su análisis físico de mi vida.