Ayer dejé solo a Benjamín por primera vez. Bueno, solo, solo, lo que se dice solo, no. Se quedó con quien nos ayuda con los menesteres hogareños y ahora también nos ayuda con el chanchito.
Fueron dos horas nomás. Me fui apenas terminó una teta. Salí volando de casa y, al volver, me tomé un taxi, aunque estaba a diez cuadras. Y en el ínterin llamé tres veces, para ver cómo iba todo; en una de las veces lo desperté.
A todo esto, nuestro niño sigue sin agarrar la mamadera. La última vez que intenté, hace dos días, me hizo un escandalete que fue la de Dios. ¿Cómo se supone que haré para dejarlo más de dos horas seguidas?
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