Ah, sí, antes de que ustedes me lo marquen, lo asumo: alguna vez, allá por el 2011, toqué este tema. Pero en aquella oportunidad escribí acerca de la escritura manuscrita; hoy me interesa poner el foco no tanto en el hábito como sí en la letra: la propia letra.
¿Será la propia letra como las huellas dactilares? ¿Habrá una letra exactamente igual a otra?
El caso es que la escritura a mano está hoy tan dejada de lado, que los adultos, a excepción de algunos profesionales, casi ni nos topamos con la propia forma.
La tecnología vistió a todas con el mismo uniforme, todas idénticas. En realidad, me corrijo. A falta de letra auténtica, está la tipografía. Aunque no siempre podamos elegirla. Muchas veces, como en un celular, como en este intercambio de post y comentarios, sin ir más lejos, viene impuesta (desde un programa, desde un sistema).
Pero aun pudiendo elegirla, no creo que ésta pueda hablar de nosotros, decir de nosotros como algunos suponen que lo hace la letra propia. No creo que haya "estudiosos de la tipografía" que reemplacen a los grafólogos. Ah, sí, esta idea me gusta: Que la propia letra exprese algo así como el ADN de su autor o autora. Que el propio trazo, acaso único e irrepetible, exprese a la par del significado.
¿Cómo sería, retomo, si a diario nos escribiéramos y leyéramos en nuestra letra más desnuda? ¿Significaría, en realidad, un cambio?
En principio, deberíamos hacer todo un esfuerzo, todo un camino por mejorarla, por emperifollarla, por clarificarla (hacerla legible, sobre todas las cosas), esfuerzo que alguna vez, allá a lo lejos, empezamos en el colegio.
Ah, sí, fue el colegio el que me disparó el deseo de tocar este tema.
Porque si hay una expresión de China que me ¿conmueve? (¿Exagero si escribo conmueve? ¿Es posible que me conmueva?) es su incipiente expresión escrita.
Lo primero que hago cuando ella vuelve de la escuela es abrir su cuaderno. Me divierte leerla. Me gusta mucho su letra, en imprenta, desprolija. Me gusta ver cómo mi hija va ganando firmeza en su mano, cómo el tamaño de aquélla se ajusta al contexto, cómo se empiezan a respetar los renglones, sutiles cambios que no alteran su esencia (bruta).
China escribe como pinta. Como dibuja. Ahora que recuerdo, cuando empezó a esbozar la figura humana (cuando salió del mamarracho) sentí algo similar. Pero claro, ¿será que la escritura empapa de tal manera mi vida diaria (incluso mi vida con ellas) que cuando veo su letra, no sólo veo la forma, sino también la herramienta? El potencial expresivo, todo lo que algún día mi hija quiera, elija comunicar a través de las mismas.
¿Qué piensan? Si tuvieran que describir su propia letra, ¿cómo la describirían?
PLATERO Y YO: Y ya que estuvimos recordando a Platero, les dejo un par de fotos de mi propia letra a los 8 años (en 3er grado):
PD: ¡Buen miércoles! Sigue abierta inscripción del taller de expresión escrita de los lunes. Para más info, contacto acá o por mensaje de FB: Inés Sainz
En esta nota: