Hoy desayuné en mi nueva cocina. Tengo un ventanal enorme sobre la mesada que da al jardín de la casa y me llena de felicidad.
Tomé mate (sigo, paso uno?), con una sonrisa.
Salió todo bien. Estoy muy feliz y no tengo ningún apuro por desembalar.
Mirti está indignada y se la pasa acomodando cosas y, con cara de reproche, preguntándome "está bien si pongo esto acá?". A todo lo digo que sí, como siempre.
Anoche fui a su cuarto y estaba impecable como si hiciera 5 años que vive ahí.
Dice que le encanta estar acá, que se siente más segura y que la vamos a pasar bien. Me pregunta si aunque sea no me parece armar bien el cuarto de los chicos.
Le digo que sí, que hoy lo hacemos así está conforme.
"Pero!" me dice, y se va a ver qué puede acomodar.
Los chicos se fueron al colegio hace un rato. Durmieron los 3 en mi cama.
A la noche los miraba y me moría de amor.
Y me acuerdo de mi madre, cuando nació Marcos me decía: vas a ver que de noche no vas a poder dejar de mirarlos.
¿Qué tienen los chicos cuando duermen? ¿Por qué son tan lindos?
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