Hacía tiempo que no bailaba tanto. Me había olvidado de lo mucho que me gusta cerrar los ojos, escuchar la música y perderme en la pista. Tengo que confesar que los de 40 sí que se saben divertir y que la música de los 80 es de lo más bailable. Agradecí cada minuto mis zapatos plan B que me salvaron la noche y me dieron dos horas más de pilas. Parecía el conejito rosa ese de la propaganda. Baila y baila y baila...
Y lo que hace tiempo no me pasaba: antes de irme, alguien me pidió el teléfono (no me pregunten porque confieso que no me puedo acordar ni de su cara).
Estas son las llaves de casa. Esta tarde voy con un amigo arquitecto para que me presupueste unas modificaciones al baño, quiero poner una bañadera que no hay y si no me sale demasiado (el me lo haría casi al costo) prefiero hacerlo antes de mudarme. Veremos.
¿Cómo estuvo el finde?