
CIUDAD DE MEXICO.- El lunes último, México vivió uno de los días patrios más importantes: se conmemoró el Día de la Revolución Mexicana. Y para festejarlo como indica la tradición se organizaron charreadas, uno de los deportes mexicanos genuinos.
La charrería es la práctica de la equitación a la usanza nacional. También una de las tradiciones mexicanas más representativas de la cultura, que exalta el valor, la intrepidez y la hombría del charro; el brío y la estampa del caballo, en una fiesta de música y color.
Todos los ejercicios charros que se practican en la actualidad tuvieron su origen en el campo, con las tareas de domesticación y crianza de ganado. Los charros vienen a ser más o menos como los gauchos de nuestras pampas.
Los Estados del centro del país, Querétaro, Guanajuato, Morelia, Guadalajara y la Ciudad de México son los escenarios donde generalmente se monta el show de la charrería.
La historia cuenta que esta tradición sufrió un retroceso durante los años de la Revolución Mexicana (1910-1920), porque la gente del campo se unió al movimiento revolucionario.
Pero cuando el levantamiento llegó a su fin y aunque las haciendas ganaderas mermaron, de todos modos se siguió practicando la actividad como deporte.
Vestidos para la ocasión
La vestimenta es parte del ritual. Fue evolucionando a través de los años y se adaptó a los gustos y clima de cada región. La modificación más notable fue la del sombrero de copa alta y falda corta, que sustituyó al chinaco.
A fines del siglo XIX, los charros se dieron a la tarea de perfeccionar y depurar las faenas, tratando de ejectuar los lances con mayor grado de dificultad y con más estética. Estas innovaciones contribuyeron a hacer de la charrería un espectáculo, que luego se transformó en deporte. Existen estatutos y reglamentos para que las suertes se ejecuten con precisión, belleza y se obtengan puntos en los encuentros competitivos.
El Museo de la Federación Mexicana de la Charrería, que cuenta la historia de la actividad, se puede visitar en Isabel la Católica 108, en el centro histórico del Distrito Federal.
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