La clave para un pelo perfecto es un pelo sano, fuerte y, por encima de todo, limpio. Con lavarlo solamente no alcanza, tenés que lavar también lo que usás para peinarlo.
Remojá tus peines y cepillos en una pileta con agua y shampoo, enjuagálos y dejálos secar. Es importante que hagas esto una vez por semana para evitar ensuciar y engrasar tu pelo cada vez que lo peines.
Para una limpieza profunda remojálos en una pileta con agua y alcohol. Esto solamente una vez por mes. No te olvides de enjuagar y dejarlos secar.
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