Amanecer cada día frente a un puerto distinto del Mediterráneo es un sueño que los cruceros pueden hacer realidad. Si bien no es el mejor plan para conocer a fondo las ciudades -apenas se recorren por unas horas-, los viajeros pueden impregnarse de sus colores, caminar por sus cascos históricos, probar algunos de sus sabores, visitar los museos y (tampoco es malo) quedarse con ganas de más.
Entre abril y fines de octubre, muchas compañías navieras ofrecen viajar por estas aguas emblemáticas que unen puertos del Viejo Continente y el norte de África, además de Asia occidental. Los viajes suelen ser de una a dos semanas y pueden abarcar también puertos del océano Atlántico (Lisboa, por ejemplo) y alcanzar otros del mar Adriático (Dubrovnik o Venecia, entre otras), hasta las islas griegas.
BARCELONA. Los cruceros ofrecen viajes circulares, con circuitos que empiezan y terminan en cualquiera de sus puertos. Barcelona es uno de los principales puertos-base, porque la ciudad tiene una gran cantidad de vuelos en conexión internacional y por su puerto en sí mismo, hub principal de los cruceros en la región. Es el mayor puerto de cruceros de Europa: pasaron por ahí más de 2,64 millones de cruceristas en 2011, un 12,7% más que el año anterior.
Por eso los barcos suelen quedarse en Barcelona al menos un día. El puerto está a cinco minutos en taxi de la famosa Rambla, las calles islámicas del Raval, el inigualable Barrio Gótico y otros símbolos de la ciudad que cautivó a Gaudí y se modificó con su obra.
MARSELLA . Es la segunda urbe en población de Francia y una de las más cosmopolitas, con gran influencia de sus colonias en África. El Puerto Viejo suele ser el punto de partida de los recorridos turísticos. Un taxi hasta ahí desde la terminal de cruceros cuesta entre 15 y 20 euros. A pie se llega hasta el casco antiguo, con callejuelas que suben la colina. Otro circuito cercano es el de Cours Julien, barrio bohemio, al que se llega también en subterráneo (estación Notre Dame du Mont).
GÉNOVA. Su barrio histórico está a sólo diez minutos del puerto, de a pie por la costanera. Se puede atravesar la famosa vía Garibaldi, llegar hasta plaza de Ferrari y visitar la catedral. También, llegar hasta la casa donde nació, según se estima, Cristóbal Colón. Hoy es un pequeño museo con objetos del marino. Para alejarse un poco, el sistema de transporte ofrece, por 1,50 euros, combinar trenes locales y autobuses durante 100 minutos. Si el día está soleado, una visita recomendada es la Passeggiata Anita Garibaldi, junto al acuario. Se puede llegar en tren ordinario, desde la estación FS.
CIVITAVECCHIA (ROMA). Es el séptimo puerto de cruceros del mundo y el tercero de Europa, detrás de los de Barcelona y el Pireo de Atenas (Grecia). Se lo considera el puerto de Roma, ya que está a 80 km de la capital italiana. Una manera de ir hasta allí es en tren. La estación está aunos diez minutos (a pie) de la salida del puerto y los horarios de los trenes se pueden consultar en www.trenitalia.com . Salen cada 20 o 30 minutos y demoran entre 45 y 80 minutos, según el servicio. Las tarifas, de 5 a 9 euros, ida y vuelta (se puede usar el mismo boleto para transporte local).
Para los que conocen Roma o prefieren una excursión más cercana, la opción es la histórica ciudad de Tarquinia.
PALMA DE MALLORCA. Cuando el clima acompaña, es una de las pocas estaciones para aprovechar la playa. Pero también cuenta con mucho para visitar en la ciudad. Una opción es moverse en bicicleta, que se alquila directamente en el puerto; la capital de la isla de Mallorca cuenta con 40 km de bicisendas. Incluso se realizan bici-tours para aprovechar mejor el tiempo. Hacia la izquierda se puede visitar la Cava Mayor, una de las playas cercanas al puerto. Hacia la derecha, por la costanera, se llega hasta La Ciutat, un casco histórico de calles anchas y una catedral que se luce frente al mar.
TÚNEZ. En uno de los puntos extravagantes y al mismo tiempo clásicos de estos recorridos. Desde el puerto La Goleta suelen realizarse excursiones (es la opción que elige la mayoría, por miedo a perderse) hasta el mercado Medina, donde se suelen visitar las mismas calles y los mismos negocios con suvenires. El color local es lo que finalmente se pierde por la cantidad de turistas. Lo más atractivo es el pueblo Sidi Bou Said, cuyos frentes blancos y puertas azules no dejan de sorprender. Está en una colina frente al mar.
Cuando hay tiempo, algunos aprovechan para llegar hasta Cartago, antigua ciudad romano-fenicia a 18 km de la ciudad de Túnez, y sobre todo el Museo del Bardo, uno de los más antiguos del mundo árabe y con la colección más importante de mosaicos antiguos.
Datos útiles
Los circuitos de siete noches por el Mediterráneo occidental cuestan desde 650 dólares por persona, en base doble, según el itinerario y la ubicación de los camarotes. Con vista al mar suelen costar desde US$ 1000. Algunas compañías ofrecen suites de lujo y sectores exclusivos. Las tarifas pueden ser mucho menores con venta anticipada. No incluyen los aéreos.