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Patagonia en auto

Ya sea cerca del Atlántico, en la base de los Andes o por caminos intermedios, esta región con marca registrada es particularmente atractiva para los viajes largos en vehículo propio; montañas, lagos, acantilados, playas y, claro, kilómetros y kilómetros de rutas tan desoladas como cautivantes




Un viaje en auto por la Patagonia podría ser el origen de una idea recurrente: la felicidad son instantes en el camino. Cada estación propone quedarse, detener el tiempo hasta decidir el destino siguiente, y entonces continuar por las extensas rutas, también de ensueño.
Esta región con marca registrada puede ser recorrida una y mil veces sin necesidad de repetir las detenciones. Las seis provincias son por suerte inabarcables, de manera que cualquier circuito recomendado es sólo una guía.
En este caso, el punto de partida es Buenos Aires, pero los circuitos comienzan mucho más allá de la avenida General Paz, donde el paisaje patagónico ya es, en cualquiera de sus formas, claro y contundente. Luego, cada viaje se irá armando a medida que pasen los kilómetros.
Ante las grandes distancias y los caminos desolados, una guía con mapas actualizada, que incluya las estaciones de servicio, es casi tan indispensable como un auto en excelentes condiciones técnicas. No hace falta una 4x4, salvo para rutas específicas.
Entre las precauciones, se destacan las vinculadas con los caminos de ripio, mayoritarios en el Sur. Es fundamental disminuir la velocidad en esos tramos, tanto cuando se trata de rutas bien lisas como cuando hay canto rodado o piedras de granito y caliza. Esta medida es aún más importante cuando se cruza otro vehículo, mucho antes de los saludos de rigor (de noche, es recomendable hacer apenas un guiño, para no encandilar).
Una de las ventajas de hacer el viaje en auto es el descuento en combustibles que rige desde el paralelo 42°, hacia el Sur. Es decir, a partir de Sierra Grande por la vía atlántica, y desde El Bolsón en la zona cordillerana.

Rutas atlánticas

La RN3 atraviesa cinco provincias y une cuatro capitales sureñas. Antes de llegar a Ushuaia ofrece otra singularidad: se corta en el límite con Chile, para continuar luego por la Argentina, convirtiéndose así en la única ruta que se interrumpe por un país vecino.

Playas de aguas cálidas

  • La RN3 es la principal vía para conocer la Patagonia costera. Una vez en Viedma, tomando la RN1 se alcanza, a 28 kilómetros, el balneario El Cóndor. Es el comienzo de un litoral sureño de aguas templadas, gracias a una corriente que llega hasta el golfo San Matías. En el lugar está el faro de la Barra del Río Negro, que funciona desde 1887 y es el más antiguo en servicio en el mar argentino. Por los fuertes vientos, el lugar es ideal para deportes de vela.
  • Hacia el Este por la Ruta de los Acantilados, la misma RP1, se llega a Playa Bonita, balneario de arenas blancas, y sitios como La Lobería y la villa Bahía Creek. En el camino hacia San Antonio se encuentra también la Reserva Caleta de los Loros, ideal para el avistamiento de aves. Al final de este circuito, a 128 kilómetros de El Cóndor, está Punta Mejillón, con su balneario Pozo Salado.
  • Retomando la RN3, tras pasar por las dos San Antonio, Este y Oeste, se encuentra Las Grutas, en un desvío de 8 kilómetros por la RP2. Además de la popular playa, entre los destinos cercanos están las salinas del Gualicho como uno de sus principales atractivos. Otro de los balnearios importantes de la zona es Playas Doradas, cada vez más preparado para recibir turistas. Se llega por una RP5 que requiere precaución, por el estado del ripio en algunos tramos; son 32 kilómetros desde Sierra Grande.

Paraíso animal

  • Uno de los puntos salientes para el turismo de todo el mundo es, sin duda, el área de Puerto Madryn y la Península Valdés. Por la RN3, 117 kilómetros al sur de Sierra Grande, aparece la RN2, que lleva al visitante hasta el Area Natural Protegida Península Valdés, con su increíble flora y fauna, y un solo pueblo: Puerto Pirámides.
  • Unos 25 kilómetros más al sur de ese desvío se encuentra Madryn, que por la RP1 permite acceder a Rawson. Pero si se retoma la RN3 se llega hasta el encantador pueblo de Gaiman, a 16 km, desviándose por la RN 25. Mucho ripio hay en el trayecto hasta la impactante pingüinera de Punta Tombo, en los más de 120 kilómetros que se realizan mayormente por la RP1.
  • En un mapa rutero del país, entre líneas, números y símbolos, uno de los trechos que más llaman la atención es el que une Comodoro Rivadavia con Caleta Olivia. El camino dibujado va pegado a la costa. ¿Será así en la realidad? Es cuestión de atravesar esos 69 kilómetros para conocer este tramo único, que permite viajar durante un largo rato con vista al mar, sobre hermosos acantilados.
  • En Fitz Roy, tras desviarse hacia la costa por la RN281, se llega a Puerto Deseado, después de 126 kilómetros, donde la Reserva Natural Ría del Deseado se extiende por 40 kilómetros y es sólo una de las atracciones.
  • Tras pasar por el Monumento Nacional Bosques Petrificados, a 50 kilómetros en dirección oeste de la RN3, donde reposan árboles que se confunden con piedras, se llega a Puerto San Julián, que en el km 2253 recibe a los visitantes con la reproducción de la nave que trajo a estas tierras a Hernando de Magallanes, en 1520. El pueblo es encantador.

Rutas andinas

El trayecto hasta Esquel, en Chubut, tiene 1850 km, atravesando tres rutas nacionales y una provincial, y pasando por las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y Chubut.

Camino a Esquel

  • La travesía se inicia por la RN3 hasta Bahía Blanca (687 km), el epicentro comercial antes de atravesar el río Colorado e ingresar en la Patagonia, donde un control zoofitosanitario no permite la entrada de alimentos cárnicos ni vegetales.
Allí nace la RN22, que une la ciudad portuaria con Neuquén por un trayecto de 540 km, que se inicia con un paisaje desolador y atraviesa la recta más larga de la región, hasta Choele Choel.
  • La zona de los valles irrigados, con sus frutales a ambos lados de la ruta, cambian el paisaje con un intenso colorido y un tránsito aún más lento por el pase de camiones. El camino pasa por el pulmón de varias ciudades valletanas, cada una identificada con un fruto. Una de las primeras es Chimpay, la pequeña localidad llamada la Cuna de Ceferino Namuncurá, el reciente beato mapuche que cuenta con un santuario en el extremo oeste del poblado, a pocos metros del Río Negro. El largo trayecto permite hacer una parada para descansar en Neuquén capital.
  • La RN237 es la nueva guía. Curvas, cañadones, montañas y lagos vuelven a transformar el paisaje de la travesía que le llevará 450 km hasta San Carlos de Bariloche, donde se puede realizar cabalgatas y caminatas por senderos y montañas, y navegar por el lago Nahuel Huapi, entre miles de opciones.
  • Con la pesca como una constante en los lagos que bordean el camino, la famosa RN40 conducirá hacia Esquel, 310 km, pasando por la comarca andina del Paralelo 42º de El Bolsón, Río Negro, y el lago Puelo, Chubut.
  • De El Bolsón a Esquel es imperdible el Parque Nacional los Alerces. Primero por la RN258 y luego, 8 km después de Epuyen, por la RN71, se pasa por la hermosa Cholila hasta Villa Lago Rivadavia, donde se encuentra el acceso norte del parque.

Siete Lagos

  • De San Martín de los Andes a Villa la Angostura, el circuito de los Siete Lagos se realiza por la RN234, que atraviesa los espejos de agua Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso, Espejo y Nahuel Huapi. El recorrido es de 110 kilómetros y se puede hacer en menos de tres horas, cinco de ida y vuelta, pero vale la pena pasar al menos una noche en alguna hostería o camping. Parte del camino está asfaltado, pero mientras continúan las obras, el estado del ripio no es el mejor.
  • Hay desvíos atractivos al hacer este recorrido. Uno de ellos permite llegar a Paso Córdoba y el otro a Villa Traful. Si se realizaran los dos, el recorrido total, en forma de 8, es de casi 500 km.

De Este a Oeste

  • La RN25 cruza la meseta patagónica, desde Trelew, pasando por Viedma, hasta Esquel. Este camino de 531 kilómetros, unos 350 asfaltados, pasa por los valles inferiores de los ríos Negro y Chubut, y atraviesa la meseta central de la provincia de Chubut, uniendo sitios de escasa población.
  • El Tren Patagónico ( www.trenpatagonico.com.ar ) es una buena opción para quienes quieren ir en auto a la Patagonia, pero también ahorrarse unas cuantas horas al volante.
El renovado ramal cuenta con la particular ventaja de poder cargar el coche en el convoy. Durante el verano parte de Viedma todos los lunes y viernes, a las 18, llegando a las 10.30 del día siguiente a Bariloche. Desde esta ciudad sale domingos y jueves, a las 17, y a las 11.15 está en Viedma. Con cama, los precios de ida y vuelta son de $ 160 por persona; sin cama, arrancan en los $ 40; más el auto, cuyo traslado de ida y vuelta cuesta $ 400, pero si es 4x4, $ 533.
Son poco más de 800 km sobre rieles y 16 horas de viaje, del cual lo esencial se hace de noche. Así, se vive la curiosa experiencia de despedirse de la costa atlántica por la tarde y amanecer al pie de los Andes al día siguiente. Antes de llegar a Bariloche, también se para en San Antonio Oeste e Ingeniero Jacobacci, que los nostálgicos recuerdan como el punto de partida de La Trochita.
Un detalle: el tren patagónico es el único ferrocarril de todo el continente que une el Atlántico con la Cordillera, pero también es el tren de larga distancia más austral del mundo.

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por Redacción OHLALÁ!


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