Ayer a la noche sonó el teléfono.
Quién era? Mi suegra.
Atendí yo y ni me saludó, me dijo "me pasás con mi hijo por favor?" (me mata cómo, cuando estamos enojados, nombramos el vínculo y no el nombre. Tipo "con mi hijo no se van a meter!" o "se quiso levantar a mi marido!" ja!).
Quién era? Mi suegra.
Atendí yo y ni me saludó, me dijo "me pasás con mi hijo por favor?" (me mata cómo, cuando estamos enojados, nombramos el vínculo y no el nombre. Tipo "con mi hijo no se van a meter!" o "se quiso levantar a mi marido!" ja!).
Le dije "suegra, no esté enojada. Estamos pasando todos una etapa un poco dificil. Nosotros sobre todo, con lo de Luján. Entiéndame".
Me responde: "Al que no entiendo, es a Nicolás. Ya cuando se casaron no lo entendía. Pero hoy en día, menos que menos. Es un hombre talentoso. Le va bien en la vida. Vos sólo lo frenás".
Me quedé muda. Les juro. Cómo se puede ser tan malo?
Nada, le pasé el teléfono y Nicolás y ya. Me quedé deprimida. No sé lidiar con la agresión gratuita. No me sale. Me paralizo.
Después N me preguntó qué me pasaba, pero no le conté. No tengo más ganas de alimentar este conventillo. Lo que voy a hacer es abrirme, mentalmente, abrirme de todo este conflicto.
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