En otro momento habría pensado que la tranquilidad y paz con la que mi marido se tomó mi impulsivo viaje, se debe a que tiene cola de paja o algo.
Pero no, esta vez elijo creer que él también está al tanto de lo difícil que es mantener la cordura cuando estás al mando de un laburo, tres niños chicos y una casa grande.
Debo sonar medio estúpida. Lo sé. Sé perfectamente que me he transformado en la clase de mujeres que siempre critiqué: la que no tiene nada para quejarse, y se queja igual.
Nico me dice "andate, yo me quedo con los chicos. Mirti me ayuda, la llamo a mamá, que venga todas las tardes.”
Eso es saña encubierta, no me digas que no.
Maderinló en mi casa todos los días, durante una semana?
Maderinló a cargo de mis educados niños durante 7 días?
Es saña encubierta, lo sé
Pero no pienso hacerme cargo.