¡Buen jueves! Espero que estén muy bien. Empiezo a escribir este post de madrugada y el silencio es casi total. ¿A ustedes les pasa? ¿Se reservan algún momento para reflexionar? A mí me gusta este horario en que pareciera que los pensamientos fluyen y puedo conectar ideas con más facilidad.
Desde que comencé el blog fui conociendo distintas personas y cada una de ellas me contó sus creencias y me dio sus testimonios, ellos me demostraron que la vida puede ser vivida de diferentes maneras, que no siempre las teorías más difundidas son las más beneficiosas y que hay una elección constante en todo lo que consumimos. Una de esas personas fue el doctor Luis María Delupi.
La semana pasada nos encontramos vía Skype ya que vive en Neuquén. Supe de él a través del programa Ensalada Verde y lo empecé a seguir porque me pareció interesante su enfoque acerca de la alimentación y quería profundizar en las decisiones que lo habían llevado a cambiar sus hábitos en forma tan drástica. Me contó que recién recibido en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Plata y con una formación tradicional, se fue al sur y ejerció como médico generalista durante muchos años, pero a los 37 tuvo un problema de salud relacionado con el sedentarismo, el estrés y la dieta que llevaba. Y descubrió que la medicina que él practicaba, en la que trataba con pastillas cualquier enfermedad, no era suficiente para sanarlo. Solo, en su cama, entendió que tenía que sanar a la persona antes que al médico. Entonces volvió a estudiar, pero esta vez para indagar en otros tratamientos, así llegó al naturismo y a los orígenes de la Medicina.
-Los médicos hacemos el juramento hipocrático y después nos olvidamos de lo que decía Hipócrates: "Que tu medicina sea tu alimento, que tu alimento sea tu medicina".
Las pastillas no son la única opción.
Seis años después, Luis María Delupi cambió en varios sentidos. Ya no fuma ni toma alcohol, dejó la carne, las harinas blancas, los lácteos, los huevos. Puede verse como algo extremo pero él dice que sintió que si no cambiaba se moría. Se alejó de la medicina alopática, hoy la considera una posibilidad pero habiendo agotado todos los recursos. Encontró que quería contar su experiencia y compartir sus ideas. No es su intención obligar a nadie a seguir su ejemplo pero dice que cada vez hay más personas que se cansan de una industria farmacéutica y un sistema de sanidad en el que los pacientes van a buscar curas para enfermedades que se podrían prevenir.
-Yo no critico nunca a un médico porque tenemos desde chicos eso que nos motiva a tener una profesión con vocación de servicio, de ayudar al otro. Entiendo que después defendemos lo que nos enseñaron y defendemos nuestro status, nuestro ego, es muy difícil cambiar.
Dice que nadie puede compartir algo de verdad si no lo experimenta y que por eso promueve la alimentación consciente.
- No hay una verdad absoluta en las corrientes alimentarias. Lo importante es darse cuenta que uno tiene un cuerpo con una anatomía y una fisiología que tiene ciertas características, y si no respetamos esas características el cuerpo paga los costos. En cuanto a nuestro aparato digestivo somos casi idénticos a los monos, somos frugívoros. El consumo a diario de carne a la larga va a terminar haciendo daño.
La comida como prevención.
El doctor Delupi afirma que existen estudios en los que basa su teoría pero que nunca serán tantos como los de la industria de la medicina, por eso cree que no hay mejor estudio científico que el propio cuerpo. Propone que hagamos la prueba de dejar por quince días de comer carne o de tomar leche, y que nos fijemos cómo nos sentimos. Basado en el sentido común, trata de que la gente recupere la intuición y el instinto, herramientas necesarias para transitar la alimentación.
-Lo que hay en un principio es miedo, las industrias nos manipulan a través del miedo, que no vaya a faltar calcio, vitaminas, proteínas. Podemos hablar horas de que nosotros necesitamos aminoácidos y que los podemos sacar de otros alimentos naturales. Los vegetales, las semillas, tienen más calcio que la leche, que acidifica nuestro cuerpo.
Para difundir sus conocimientos creó "Mi comida me sana", una audio-guía que distribuye en forma gratuita a través de Youtube y también se puede seguir su actividad en Facebook
Este año organizó la Primera Jornada Patagónica de Alimentación Consciente , que tuvo mucha repercusión. Más de dos mil personas fueron a ver de qué se trataba y participaron de charlas y degustaciones sin ningún costo. También se lo puede escuchar con su consultorio online en Ensalada Verde, y en las columnas que tiene en radios de Neuquén y en un canal de televisión. Y da charlas abiertas a la comunidad, sin sponsors ni auspiciantes, para la gente que quiera escucharlo.
Cuenta que su alimentación le permitió recuperar su salud, ya no sufre por hernias de disco ni gastritis, bajó veinticinco kilos y el cambio se completó cuando comprobó que podía vivir mejor haciendo actividad física, olvidándose del consumismo, sembrando su propio alimento y compartiendo lo que aprendió durante todo este tiempo.
Muchas gracias Luis María Delupi
Quedan más contenidos de la charla con el doctor, pero por ahora cierro acá, espero que les parezca útil esta mirada por parte de un profesional de la salud.
Les dejo una receta muy fácil de galletitas de avena, una buena opción para comer a la tarde. Esta es la receta de Pablito Martín, a quien le mando un beso. Ustedes la pueden hacer con variantes, como por ejemplo, azúcar mascabo (me hice fan) en lugar de integral o dos cucharadas de aceite de girasol para reemplazar la margarina y dos bananas pisadas o puré de una manzana en lugar del huevo:
1) Precalentar el horno y mezclar 250 grs. de harina integral con 1 cucharadita de polvo para hornear, reservar.
2) En batidora a potencia máxima, batir por tres minutos 200 grs. de margarina vegetal y 370 grs. de azúcar integral, agregar 1 huevo y 4 cucharadas de esencia de vainilla hasta que quede cremoso.
3) Agregar la mezcla de harina de a poco, después 100 grs. de nueces picadas, 100 grs. de pasas de uva.
4) Incorporar 750 grs. de avena instantánea en forma gradual y batir.
5) Colocar sobre una placa para horno papel manteca o siliconado.
6) Formar las galletitas sobre la placa con una cuchara, dejando unos centímetros entre ellas para que no se peguen.
7) Hornear a temperatura mediana de 10 a 12 minutos, hasta que los bordes se doren suavemente.
8) Dejar enfriar y disfrutar.
Galletitas ricas y sanas.
Les mando un beso enorme y espero que tengan un lindo fin de semana.
Me pueden enviar consultas y sugerencias a kariuenverde@gmail.com
¡Abrazo!
Kariu
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