El viernes fuimos a conocer al tan recomendado psicólogo.
Casi siempre me pasa que cuando conozco a una de estas "eminencias", me termina pareciendo un fiasco. Como con el cirujano aquel que le sacó los puntos a Lucas.
Son, generalmente, fósiles de la profesión, que sólo parecen mostrarse interesados ante los casos desafiantes (qué te creés? Dr House?) y cuando vos les planteás tu problema te miran con cara de "y por esto me lo trajiste a Mí?" (nótese la mayúscula). Y sí, pienso yo, a quién se lo voy a llevar? No te dedicás a esto vos?
En fin. El del viernes, supuestamente también era una eminencia. No sé por qué yo me había imaginado una figura joven. En realidad no sé si me lo imaginé o si me lo habían dicho, pero bueno, el caso es que no. Este hombre estaba considerablemente lejos de cualquier juventud.
Un edificio en barrio norte, piso 4to "R" (ubican esas torres que tienen 235 deptos en 8 pisos?). Entramos, nos atiende él mismo y nos hace pasar al consultorio.
Me deprimió ver juguetes de mi época, pero bueno, no es lo importante, NO? (o sí? o debería mantenerse actualizado en todo sentido?). No sé.
Nos preguntó cosas. Nos dijo que le contáramos por qué estábamos ahí y nos hizo preguntas inherentes a la familia.
Después le contamos sobre lo que nos había dicho la maestra de Luján. Nos hizo describir ciertos comportamientos de nuestra hija. Pero como que me parecía que estábamos muy lejos de algo novedoso.
Por ejemplo, la preguntas eran del índole:
* Se queda sentada y se balancea?
* Es incapaz de jugar más de 5 minutos a algo?
* Es incapaz de ver una película entera o casi entera?
* Habla?
Por Dios, tiene 5 años! El año que viene va a ir a primer grado! Claro que habla! Claro que no se balancea! Claro que puede jugar!
Después de conocernos, de hacernos 10 mil preguntas sobre nosotros, no puede elaborar un cuestionario sobre Luján, ad-hoc?
Nos dijo que la lleváramos. Nos habló de que no tenemos que preocuparnos, porque en el caso de tener un TDAH existen métodos, hasta medicación, para tratarlo.
Ah, claro, qué suerte, no me preocupo. Me voy chocha. Mil gracias, Sr Eminencia. Qué tranquilidad que haya medicación.
Lo odié.